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| El demonio y el Hada-cuento-[posibles doble-post por los capitulos] | |
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mariana1239 Kazuki Fuchouuin (Administradora Hilandera)
Mensajes : 106 Fecha de inscripción : 04/02/2010 Edad : 28 Localización : En el antiguo lugar llamado hogar
Hoja de personaje Nombre del personaje:: Kazuki Fuuchouin Notas escolares (caso de estudiantes): Mascota Escolar: Dragon
| Tema: El demonio y el Hada-cuento-[posibles doble-post por los capitulos] Lun Feb 08, 2010 5:58 am | |
| aun estoy trabajando en esto, es un cuento relacionado con Eyeshield 21 (Anariam, la personaje principal, me representa en mas de 1 ocasión)
El Demonio y el Hada
1_la mudanza 2_el instituto 3_los estudiantes 4_mi decisión 5_la transformación 6_ el pedido 7_ la sorpresa 8_el equipo 9_el sueño 10_los espíritus 11_bien versus mal 12_el partido 13_el espíritu del Dragón 14_la tragedia 15_la verdadera apariencia 16_la verdad 17_el juicio 18_el final
La mudanza
Problemas, eso era lo único que había en mi casa, problemas familiares, financieros, de trabajo, por eso, emprendimos viaje. Mi nombre es Anariam, Anariam Nimea, soy una estudiante de instituto de diecisiete años, mi vida siempre ha sido la misma, encerrada en el cuarto, con tal de no escuchar los gritos de mis dos ensordecedores padres, cuyos nombres no me gustaría mencionar. Un veintidós de enero, nos mudamos. Antes vivíamos en una casita a las afueras de las ciudades, esta vez, nos internaríamos en la agitada Tokio, en mi país natal: Japón. Embarcamos todo, la pobre casa de madera quedó abandonada en medio del campo, era una mañana fría y cubierta por las nubes de tormenta, era hora de que empezara a llover. Las gotas caían como plumas de un ave que recién se largaba al vuelo, tan delicadas, tan suaves, tan refrescantes. Cuando subimos al camión, las discusiones comenzaron nuevamente. -Esto a sido culpa tuya, si tuvieras un mejor trabajo no tendríamos que mudarnos-gritó mi madre. -También es culpa tuya, si hubieras aprovechado mejor los recursos que teníamos, por lo menos nos sobraría la suficiente comida como para comer durante una semana-le contestó mi padre en un tono casi tan alto como el de mi madre, las dos horas y media estuvieron así, yo creía que me estaba quedando sorda. No soportaba más mi vida, era insoportable, llena de sufrimiento, ni cuando fui a la escuela, ni cuando estuve en secundaria tuve amigos, no tuve más compañía que mi oso de peluche, Shito, siempre lo tuve bajo mi brazo o en el respaldo de mi cama. Siempre fui la clásica “cerebrito” de todos los años, en la escuela me sentí orgullosa por la nota con la que pasé, pero al llegar a casa, nadie me prestó atención, me sentía abandonada tanto en el espacio educativo, como en mi propia casa. Generalmente no hablo mucho en mi hogar, directamente no articulo palabra, lo único que hago, es escribir historias basadas en mitología o escribir los acontecimientos en mi diario personal, como mucho, imaginaba que Shito estaba vivo, y me sumía en un sueño despierto, jugando con mi conciencia. No me importaba nada, ni siquiera mi propia vida, sabía ya con anticipación, que aunque nos cambiáramos de casa, todo sería igual. Peleas, conflictos, llantos, desesperación, eso reinaría en el lugar más seguro para alguien, pero para mi no, llegaba casi siempre a la conclusión, de que mi vida sería mucho más tranquila y emocionante, si abandonara mi casa y viviera en la calle, pero no me sentía capaz de hacerlo. Íbamos a mitad de camino cuando, por fin, se percataron de mi presencia. -Anariam-dijo mi madre-mañana mismo irás a tu nuevo instituto para los exámenes de admisión-me dijo, sin tan solo mirarme. -Esta bien, madre-le contesté en un hilo de voz. -¿No extrañarás a tus amigos?-me preguntó mi padre. -Amigos… Esa palabra todavía no existe en mi diccionario padre, ni siquiera se como se siente tener una amistad cercana o lejana-le respondí, casi empezando a llorar, no me prestaron ni la mas mínima atención ante mi respuesta y siguieron con los ojos fijos en el parabrisas. -¿El cambio hará alguna diferencia?-me pregunté a mi misma, abrazando mi Shito, atrás venía mi gata, Tobira, la traía a escondidas, ya que mi madre incontables veces la quiso matar, al igual que mi padre, no soportaban a los animales. Cuando estábamos a casi diez minutos de llegar a nuestra casa, pasamos por el instituto, apenas si lo vi, no quería levantar la cabeza, pensaba que se me había acalambrado el cuello de tanto llevarlo agachado, pero ya estaba acostumbrada. Llegamos a nuestra nueva casa, una casa de un piso con un altillo, pintada de blanco y celeste, con un mini-jardín a la entrada, unas seis ventanas, siete contando la del altillo, no era grande, pero tampoco chica, era ideal, se respiraba otro ambiente. Cuando entramos, al menos yo me sorprendí, era espaciosa, por lo menos hasta que pusiéramos los muebles, tenía una cocina, dos baños, una escalera, dos cuartos grandes abajo, una sala de estar y un pasillo que conectaba todo. Extrañamente, no quise fijarme en los detalles de abajo, e involuntariamente, me dediqué a explorar el altillo. Este era de madera, todo de madera, tenía suficiente espacio para poner las pocas cosas que tenía, una ventana lo suficientemente grande como para mirar la luna y las estrellas, mi pasatiempo favorito, era suave al caminar descalzo y agradable en cierto modo, sentía un aura diferente en mi cuarto, decidí usar el altillo como mi cuarto, lo quería, no importaba lo demás. -¡Anariam!-se escuchó mi padre-¡Hazme el favor y deja de fantasear, ven a ayudarme a bajar las cosas!-me gritó, bajé con desgana las escaleras y ayudé a mi padre a bajar y ordenar todo. La casa finalmente lista, quedó así: cinco sillones en la sala de estar, con una mesita y el único televisor. La alfombra marrón fue colocada en el cuarto de mis padres junto a la cama grande y dos mesitas de luz, dos lámparas, un ropero gigante y unas cortinas blancas. En el otro cuarto se dejó todo lo que era juguete, cosas para recordar y eso. En mi cuarto, quedó mi ropero, mi escritorio debajo de la ventana, Tobira estaba arriba de mi cama ya tendida con las sábanas rojas, mi color favorito, la había traído con cuidado para no levantar sospechas, una silla para el escritorio, una lámpara portátil y unas cortinas blancas con flores rosadas, luego extendí la alfombra de hadas y dragones que me había comprado aquella ocasión con mi mesada en la feria, esta tenía hadas de todos los colores y dragones rojos y marrones que convivían con las hadas, todo delicadamente bordado con un fondo azul y nubes apenas visibles blancas, Shito ya estaba arriba de mi almohada, y mi madre fue a conocer a los vecinos. Cuando terminamos de comer, subí a mi habitación, había escondido un par de huesos de pollo que sobraron para Tobira. Mientras esta engullía los huesos, me senté en mi cama con Shito entre mis manos, el único peluche que tuve, un oso marrón, peludo, con ojos negro y, de vez en cuando, creía que me sonreía. Cuando dejé de fantasear, me puse mi pijama y fui hasta el escritorio, puse arriba el cuaderno de Biología y me preparé para estudiar la única materia que me costaba entender, a parte de que era una de las que mas odiaba por lo que mostraban y le hacían a los pobres sapos y a las lombrices, estudié todo lo que pude y, cuando me iba a dormir, divisé algo plateado en la madera, me acerqué y me di cuenta de que era un collar, lo agarré y lo observé, era una estrella de ocho puntas, con una piedra roja en el centro y una cadena dorada, sin pensarlo dos veces me la puse, me encantaba, era genial, nunca me la sacaría. Luego de estar mirando las estrellas y la luna llena a través de mi ventana, decidí agarrar a Shito y dormir, me escondí bajo las sábanas y Tobira se puso a mis pies como era de costumbre, mañana a las seis de la mañana, me esperaba un largo día.
El instituto
El día de los exámenes llegó, me levanté a eso de las cinco de la mañana, apenas si la luz del sol se notaba, dejé a Shito y a Tobira en la cama, me cambié a mi antiguo uniforme, el cual consistía en una pollera larga azul, unas medias blancas, zapatos negros, un buzo especial del pasado instituto de mangas largas y de color blanco con un cuello azul y un moño rojo grande. Bajé hasta la cocina. Allí me preparé el desayuno, algo liviano, tostadas con dulce de leche y un vaso de jugo de naranja, luego agarré una manzana y la dejé arriba de la mesa para no olvidarla. Caminé hasta el baño y me acomodé el pelo, me miré de paso, seguía igual, los mismos ojos azules, el pelo largo, lacio y rubio, un moño rojo que lo llevaba para recogerme el pelo y la misma cara de soledad, esta cara la tuve siempre desde mi infancia. Cuando eran las cinco y media, agarré la manzana y un estuche especial para guardar mi almuerzo, subí las escaleras y puse todo en mi portafolio, era mi primer día y quería tener suerte, así que empaqué a Shito conmigo y luego bajé nuevamente las escaleras, agarré mi llave, abrí la puerta, cerré con cuidado para que mis padres no se despertaran, guardé la llave y me puse en camino al instituto. -Este instituto se llama Deimon, es el más cercano y no cobra nada, allí tendrás tus clases-recordé las palabras de mi madre. -Típico de ella y de mi padre, buscan el instituto más barato o uno gratis para no gastar tanto dinero-pensé mientras iba a paso lento, el instituto me quedaba a unos cinco o diez minutos de distancia, realmente, no quería ir. Cuando llegué, lo exploré con la mirada, en dorado decía “Instituto Deimon, Bienvenido” sobre un muro de ladrillo, cuando crucé la entrada, me encontré con un edificio celeste y azul de tres pisos, con tres hileras de ventanas, un amplio patio y todos los estudiantes de ese instituto, el uniforme de Deimon en realidad era pantalones y abrigo verde claro, una camisa blanca y una corbata roja en los hombre y, en las mujeres, pollera verde claro, el abrigo, la camisa y un pañuelo rosado. Todos me miraban extrañados, ya había sentido esa mirada, te fulminaba hasta la carne, sentía desde el principio la decepción y el rechazo, mientras caminaba para entrar al edificio, escuchaba cosas como “ya le veo pinta de cerebrito” o “esta debe ser tan boba que se equivocó de instituto”, aprendí con mucho esfuerzo a pasar por alto algunos comentarios parecidos a esos, pero aun me afectaban en el corazón. Entré a casi todas las materias y me esforcé para poder responder todas las preguntas, cuando sonó el timbre de descanso, me senté al lado de un árbol y comí mi almuerzo, lo de siempre, bolas de arroz y sushi de huevo, nada había cambiado. Cuando terminé el almuerzo, guardé todo y me dispuse a continuar, todavía me quedaban unas cuatro materias más. Cuando faltaban cinco minutos para comenzar el siguiente examen, vinieron tres muchachos y me quitaron mi portafolio. -¿Lo quieres de vuelta? Atrápalo-dijo el que parecía ser el líder, estuve dos interminables minutos intentando atrapar el portafolio, pero era en vano. De un momento para otro, los tres se paralizaron y dejaron mi portafolio en el piso, tenían una expresión de miedo en sus caras que era inexplicable. -El Demonio-titubeó uno. -Se acerca-dijo el segundo. -Salgamos de aquí antes de que nos pase algo-dijo el tercero y se fueron corriendo despavoridos, en eso, pasó un muchacho rubio de pelo alborotado que no me registró, y yo no le di mucha importancia, agarré mi portafolio y me fui a la siguiente materia. Cuando terminó el día, ya estaba atardeciendo, entonces me dirigí a casa comiendo la manzana, pensando en eso del “Demonio”, no encontraba alguna explicación coherente, pero seguí de largo. Cuando llegué, saludé y me dirigí hacia la cocina, ya estaba la cena lista. -¿Cómo te fue hoy?-preguntó con un tono falso de curiosidad mi madre. -Dentro de todo bien-respondí con desgana-muy raro que me preguntes como me fue en el día ¿Hace cuanto que no escucho eso? ¿Diez años capaz? Tal vez más-pensé, mi padre estaba leyendo el periódico. Apenas terminé de cenar, me levanté, lavé el plato y subí las escaleras. Cuando llegué a la habitación, le di las sobras de mi almuerzo a Tobira y luego dejé a Shito en la cama, me puse nuevamente el pijama e hice la tarea, luego me quedé mirando las estrellas y me dormí nuevamente. Esa noche, soñé con el chico rubio de esa tarde ¿Qué significaba? ¿Por qué justo cuando dijeron “El Demonio se acerca” apareció este muchacho? Tenía muchas preguntas sin respuestas, pero de seguro las obtendría.
Los estudiantes
Pasó Febrero y la mitad de Marzo, hasta que por fin, el veintidós de Marzo comenzaron las clases, pero no todos volverían a entrar a su clase, para algo estaba el examen de admisión, y por eso, afuera estaba la gigante pizarra con los nombres de quienes pasaron. Me dirigí a la pizarra no bien llegué al instituto, estaba frío, pero no tanto como la última vez que fui a un instituto. Caminé despacio y busqué el número veintidós, el número que definía si pasaba o no. -Diecisiete, diecinueve, veintiuno, ¡veintidós!-pensé de alegría al ver que había pasado, me alegraba haber entrado a ese instituto, de alguna forma claro. A las diez de la mañana, tocaron el timbre para entrar a clase, lo primero sería presentarse, y esa no era mi especialidad. Cuando entré junto al director para que me presentara por haber sido transferida, todos me miraron con cara de odio, menos dos. -Sean buenos con ella y, es claro que no tengo que decirles a todos ustedes que sigan las normas-fueron las últimas palabras del director-ahora la gran pregunta ¿Dónde te pondremos?-preguntó el director en voz baja-el único lugar libre que nadie quiso en estos años a sido atrás de Youichi-dijo por fin el director, agarré mis cosas y me senté atrás del rubio de la otra vez, todavía no le prestaba demasiada atención, pero aparentemente nadie quería estar con él ¿Por qué? Al menos yo no le veía nada de extraño todavía. La profesora entró y se sentó media cansada. -Bien muchachos, como es de costumbre vamos a presentarnos, yo soy Sangoku Misumara, su profesora de este año, me encantaría que ustedes se presentaran-dijo la profesora, realmente no estaba muy interesada que digamos. Tras media hora me tocó a hablar a mí. -Mi nombre es Anariam Nimea, he sido trasladada desde el instituto Youngi este año, me encantaría repasar Biología ya que es una de las materias que mas me cuesta, a parte, me encantaría hacerme amiga de todos ustedes-me presenté como los demás. -Perfecto Anariam, ahora ¿Quién sigue?-preguntó la profesora, el rubio de enfrente mío se paró. -Mi nombre es Hiruma Youichi, he repetido este año una vez, la verdad no me interesaría mucho estudiar específicamente alguna materia-y luego se sentó, ahora entendí una de las razones por la que le decían “Demonio”, su voz ya era un poco demoníaca, pero la verdad, no me asusté, como los demás alrededor de él. Cerca del final, un gordo tuvo que presentarse. -Mi nombre es Kurita Riozaki, al igual que Hiruma he tenido que repetir este año, me… Me gustaría estudiar Inglés, pues no soy nada bueno en esa materia-dijo tímidamente, nada que ver a Hiruma, la profesora empezó a hablar de las normas de clase y luego, sonó el timbre, agarré mi almuerzo y me fui a comerlo abajo del árbol, también me llevé la detestable cuadernola de Biología, seguiríamos con esa materia. Cuando volvió a sonar el timbre, tomé mis cosas y me dirigí nuevamente a mi asiento, era hora de la tortura. Pasados los cuarenta y cinco minutos de clase mas lentos que una carreta, sonó el timbre y significó el final de esa clase, aún faltaba dos horas para terminar el día. Matemática y Sonora pasaron volando, y así terminé el día completo, como el día de los exámenes de admisión, estaba ya atardeciendo cuando volví a mí casa. A mitad de camino, los otros tres que me agarraron mi portafolio volvieron y me lo sacaron nuevamente, esta vez revisaban mi portafolio cada vez que estaba en sus manos, y, desgraciadamente encontraron a Shito. -¡Miren, la cerebrito de la clase tiene un oso de peluche!-gritó el líder, y de ahí, dejaron mi portafolio y empezaron a jugar a la pasadita con mi osito. Estuve como quince minutos tratando de atrapar a Shito pero era imposible agarrarlo, hasta que, veloz, alguien logró pegarle a los tres, luego desapareció, no vi casi nada pero estaba feliz de que Shito estuviera de vuelta conmigo, lo guardé en el portafolio y antes de que esos tres muchachos recobraran la conciencia, decidí correr hasta casa. Cuando llegué, hice la misma rutina de siempre, fui y cené. -Anariam ¿Por qué llegaste tarde?-preguntó mi madre, no me había percatado de la hora. -Lo que pasa… Es que tuvimos que soportar al director porque estaba dando las reglas del instituto-le dije con voz natural, y como era de esperar, me creyó. Subí a mi cuarto he ice la tarea, le di de comer a Tobira y dejé a Shito en la cama, miré por la ventana y la hermosa luna llena se estaba convirtiendo en luna nueva, y eso no me gustaba para nada, sentía que el cielo perdía brillo cada vez que pasaba eso. Cuando me dormí, pensaba en quien o que me podría haber ayudado esa tarde, quería averiguarlo, DEBÍA averiguarlo, y, extrañamente, pensé en ese tal Hiruma, no me importaba mucho lo que hacía, igual que yo, pasaba inadvertido por la clase y por la calle, a no ser que alguien lo reconociera y dijera que era el famoso “Demonio”.
Mi decisión
Al día siguiente, me levanté y me preparé para el siguiente día de clase, no tenía ganas de ir, temía que los muchachos del otro día me volvieran a atacar, por precaución, dejé a Shito en mi cuarto y me marché. Cuando llegué al instituto, me dirigí con paso apresurado hasta mi salón, me senté y repasé Ciencias Físicas, la primera materia de esa mañana. -Oye, Hiruma-se escuchó a Kurita-¿Hoy tendremos el entrenamiento?-preguntó. -¡Claro que si! ¡Maldito gordo! ¿¡Cómo se te ocurre que no vamos a tener entrenamiento!?-gritó Hiruma mientras sacó una ametralladora de quien sabe donde, esta vez, su actitud y su cara, acompañaban su apodo de “Demonio”, era increíble, los presentes se sintieron aterrorizados, en cambio, a mi, me causó gracia, Hiruma se dio cuenta y me dirigió una mirada diabólica, yo la esquivé justo a tiempo haciéndome la desinteresada y continuando con mi trabajo. -Con que ¿Entrenamiento? ¿De qué?-me pregunté mientras calculaba la velocidad del rayo-debe ser interesante. Cuando llegó la hora del almuerzo, me senté debajo del ya famoso árbol y decidí saltearme la comida para estudiar lo recién aprendido, a mi lado, pasaron dos muchachos de segundo. -Me apena que los hermanos Hu-huh se hallan ido-dijo el más chico. -A mi también-dijo el cara de mono. -Además, Musashi y Yukimitsu ya se graduaron, y no jugarán más con nosotros. -Y Komosubi también se fue, lo trasladaron. -Tendremos que empezar nuevamente desde cero. -A todo esto ¿Hiruma y Kurita no se tendrían que haber graduado ya?-paré la oreja ante cierto nombre, involuntariamente. -Ya sabes como es él, al no poder ganar el Campeonato de Navidad, decidió sobornar al director para que lo dejara nuevamente en tercero, y Kurita lo acompañó. -De vez en cuando, Hiruma me da bastante miedo, pero es buen tipo. -¿Qué están hablando, maldito enano y maldito mono?-se escuchó la voz de Hiruma detrás y el “Chac-chac” de una escopeta, los dos muchachos miraron aterrorizados a Hiruma-¡Déjense de discutir y vallan preparándose para el entrenamiento! ¡Los quiero ver allí apenas acaben las clases!-gritó endemoniadamente mientras disparaba las municiones hacia el cielo, los dos chicos se fueron gritando “¡SIIIIII!” lo más alto y rápido posible, Hiruma puso su escopeta en el hombro y nuevamente volteó para mirarme, y, otra vez, lo esquivé. Cuando terminaron las clases, seguí sigilosamente a Hiruma, este iba a un campo de Fútbol Americano, entró en los cambiadores al igual que Kurita y los dos que estaban hablando en el almuerzo, luego salieron con el uniforme de Fútbol Americano puesto, rojo con los números en blanco, y el casco negro o azul con un murciélago rojo. Me quedé mirando como practicaban, Kurita atropellaba un muñeco, al parecer para ganar fuerza, Hiruma le daba pases ultra largos y a velocidades mountrosas al cara de mono, y el último llevaba una máscara verde y se dedicaba a correr, parecía correr a la velocidad de la luz. -Tiempo de las cuarenta yardas: 4.2 segundos para Eyeshield 21-gritó una chica a la que reconocí, se llamaba Mamori Anezaki, y luego memoricé el “Eyeshield 21” para el enmascarado. Los deportes no me emocionaban tan fácilmente, pero este tenía algo diferente, algo MUY diferente a los demás. Cuando llegué a casa, hice mi rutina diaria y cuando terminé la tarea, empecé a pensar como hacer para acercarme a ese deporte, decidí entrar en el Fútbol Americano como sea.
La transformación
Eran las cinco de la mañana, el tercer día de clase en el instituto, realmente, agotador. Me levanté, me peiné y salí, quería llegar más temprano de lo común, quería ver a los jugadores de Fútbol Americano practicar, quería aprender Fútbol Americano. Cuando llegué al instituto, me dirigí hasta el campo de práctica, estaba desolado, al igual que todo el instituto, miré el reloj. -¡Maldita sea! ¡Yo y olvidarme que adelantaron la hora! ¡Son las cuatro y media de la mañana!-grité eufórica y enojada, yo y mi problema de olvidar ciertas cosas, era desesperante. El campo estaba con todo el equipo de entrenamiento afuera, balones, muñecos ¿Escaleras? Todo estaba afuera, nadie me vería, así que pensé en utilizar el equipo para practicar ¿Quién a dicho alguna vez que una mujer no puede jugar Fútbol Americano? Yo jamás escuché algo así. Agarré un balón, estaba frío por la noche y húmedo por el rocío, me interesaron solo dos cosas de ese lugar: El balón y el muñeco contra el que golpeaba Kurita. Me acerqué al muñeco azul, lo toqué ¡Qué duro que estaba por Dios! Kurita embestía esto todo el tiempo ¡Qué monstruo! Decidí intentarlo, lo embestí, la verdad dolió un poquito, estaba pesado, pero lo logré mover un par de centímetros. Luego de quince minutos, sentí que alguien me observaba, desvié la mirada atrás mío y no había nadie. -Que raro-me dije-juraría que alguien me estaba viendo-dejé todo como estaba antes y subí hasta mi salón, eran las cinco para cuando estuve allí, me dediqué a limpiarlo. Cuando eran las cinco y media, ya había limpiado los borradores y el pizarrón, luego miré la televisión de allí, tenía escrito algo. -“Musashi, Kurita y Hiruma, los tres al Campeonato de Navidad” ¿Qué es eso?-no me atreví a limpiarlo, pues parecía ser un sueño a cumplir. Cuando terminé de limpiar el salón, me dediqué a repasar Inglés, era bastante buena para todos los idiomas, pero quería seguir con mi nota en Inglés. Para las seis menos cuarto, el salón se llenó, y para las seis empezaron las clases. -Hello people ¿How are you today?-la teacher, siempre hablando en ingles. -I’m fine, thank-respondimos todos con desgana, y empezó la clase. Transcurrió rápidamente la primera mitad de la mañana, pronto fue la hora del almuerzo, me senté y repasé la lección de Matemática, me picó la curiosidad de entrar al equipo de Fútbol Americano a mitad de resolver una ecuación. -¿Podré alguna vez jugar con ellos?-me pregunté, y seguí con mis libros y mis “Principales” problemas. De vuelta a casa, pensaba porque se me pasó la mañana volando. -Tuvimos Inglés, Matemática, Informática y dos horas de Sonora, ya entiendo, no tuve que soportar a la vieja agria de la profesora de Biología, que rabia que le tengo-pensé, de pronto, algo me golpeó en la espalda, y bastante fuerte, caí de cara al suelo, luego me agarraron del pelo y me tiraron contra una pared, levanté la vista y estaban los tres “Rudos” de la otra vez, cada uno sostenía un palo, o un pedazo de fierro, temí lo peor. -Ahora que el Demonio no esta acá, podremos cobrarnos venganza-dijo el líder mientras los otros dos me agarraban los brazos y el líder tomaba impulso para propinarme un terrible batazo, el primero lo recibí, sabía que no sería el último de esa tarde, me dolía la parte derecha de la cara, y cuando vi que venía el segundo pensé en que no podría escapar. -Detente-dije en un hilo de voz mientras recibía un segundo batazo-¡detente!-y terminé con un tercero-¡DETENTE!-grité cuando iba a venir el cuarto golpe, y una luz brotó desde mi interior, cuando quise acordar, estaba volando, luego perdí la conciencia. Cuando desperté estaba en mi cama con una bolsa de hielo en la parte derecha de mi rostro, donde me habían pegado. Me levanté y una nota cayó de mi almohada. -“Me imagino que deberás estar unos tres días inconsciente, pero luego despertarás. He presenciado tu transformación, espero volverte a ver, quiero conocer tus habilidades. Cuando vuelvas, enséñame tus tácticas de Hada ¡YA-HA!” ¿¡HADA!?-grité cuando terminé de leer la carta-¿¡QUÉ YO SOY UNA HADA!?-grité aún más eufórica, al final de la carta estaba un murciélago. Cuando me levanté con un terrible dolor, miré el calendario, pasaron tres días desde ese incidente, miré la hora ¡Las seis menos diez! Me apresuré a lavarme y ver que tan feos estaban los moretones, con hielo y tres días inconsciente debieron bajar bastante. No estaban tan feos, tenía uno en el hombro, otro en la mejilla y otro en la frente, el cuarto no se llegó a dar. Me peiné a velocidad luz y guardé una pobre manzana en mi portafolio, salí disparada al instituto. Llegué justo a tiempo, me sorprendí bastante, debería haber corrido demasiado rápido como para llegar así de justo, yo no era buena para correr, siempre fui una de las diez más lentas de mi clase. Me senté y me apresuré a hacer la tarea incompleta. -Condenados Rudos, me las van a pagar-pensé, estaba furiosa, era cuestión de segundos antes de que llegara el profesor. Estaba por terminar de analizar lo de Ciencias Físicas cuando llegó el profesor-maldita sea-pensé-ahora me viene el castigo por no haber hecho la tarea-cuando el profesor me preguntó sobre la tarea, le respondí con un simple “No la terminé” el profesor puso cara de pánico y tartamudeó. -N…no importa Anariam…intentaremos re…resolverla-dijo apenas si hablando, se veía clarito que alguien lo amenazó, pero ¿Quién? Y ¿Por qué me ayudaba a salir de esa?
El pedido
Al siguiente día, tuvimos disección sorpresa en Biología. -Maldita profesora-me dije-hacerme disecar una pobre lombriz, no la aguanto más-pensé mientras arrastraba los pies hasta casa, ese día ni el almuerzo comí. Cuando llegué a casa, tenía pensado ir a mi cuarto a descansar para que se me quitara el mareo. -Anariam-me llamó mi madre, arrastré los pies hasta la cocina. -¿Qué?-le pregunté mientras me recostaba contra el marco de la entrada de la cocina por el mareo que aún sentía. -¿No vas a comer?-me preguntó. -¿Y desde cuando te importa que yo coma? Que recuerde te daba lo mismo que me muriera de hambre ¿La casa estará haciendo diferencia? Imposible-pensé-No voy a cenar, la disección me dejó echa un fideo-le dije con desgana. -Anariam-me llamó mi padre cuando estaba dándome la vuelta, su tono era un tanto amenazador. -Genial, me parece que ya se que se viene-me dije, me di otra vez la vuelta y le dije-¿Qué pasa padre? Tengo que hacer la tarea-le dije aún recostada. -¿Esperabas alguna carta?-me preguntó. -¿Una carta?-pregunté, mi padre me señaló una carta arriba de la mesa. -¿Esperabas algo del instituto?-me preguntó, negué con la cabeza, luego a paso rápido me fui con la carta para mi cuarto, antes de que a mi madre se le ocurriera ponerme a lavar los platos. Cuando llegué arriba, Tobira me miró con ojos suplicantes. -¡Hay no!-exclamé-¡Haber dicho que iba a comer y me guardaba todo para ti!-luego me acordé de que no había comido mi almuerzo, suspiré y se lo di, me acosté en la cama mirando el techo-que cosas tan raras me están pasando-pensé-primero aparece alguien con el sobrenombre de “Demonio”, luego me empezó a gustar un deporte ¿Me gustará por como se juega, o por quienes están ahí? No importa, y por último, al parecer me terminé por convertir en el hada que siempre soñé, esto es DEMACIADO raro-me dije, luego me senté y miré la carta que estaba arriba de mi escritorio-que más da-la abrí y la leí. “Anariam Nimea, se le esta pidiendo presentarse en el instituto a las 5:00 AM el día 22/06, favor de no faltar. Atentamente: la dirección del instituto de Deimon”. Cuando se izo la fecha, me levanté bien temprano y salí de casa a las cuatro y media de la mañana, el sol no se había presentado, y tardaría bastante más en llegar a ver sus rayos, ya que estaba bien nublado, tipo para llover cuando empezaran las clases. Cuando llegué, a eso de las cinco en punto, me recorrí todo el instituto hasta que me quedó un solo lugar para buscar: el campo de entrenamiento, me dirigí hasta allí y luego divisé a un estudiante con el uniforme del equipo de Fútbol Americano puesto, llevaba el número 1. -Te estaba esperando-dijo, reconocí la voz, cuando se dio vuelta, solo una persona podría ser: Hiruma Youichi. -¿Lo qué?-pregunté mientras bajaba al campo. -Quieres jugar Fútbol Americano ¿No?-preguntó. -¿Y como lo sabes?-le pregunté. -¿Quieres o no?-me preguntó nuevamente. -Si, quisiera jugar-le dije-pero ¿Dónde se ha visto a un hada jugar a un deporte?-pensé. -Entonces, tienes que pasar tres pruebas, la velocidad, la habilidad y la fuerza-me dijo, lo miré con cara interrogatorio. Suspiró-correr, atrapar y empujar. -La explicación para tontos-me dije-de acuerdo. Cuando dije “De acuerdo” una sonrisa de oreja a oreja se le dibujó en el rostro, y me guió hasta el comienzo de la pista, a lo lejos, se veían dos conos rojos. -De aquí hasta los conos hay cuarenta yardas, si quieres pasar esta prueba, tienes que llegar hasta allí en menos de 5.0 segundos, el record que se a registrado es de 4.2 segundos, o sea, la velocidad de la luz, pero estoy al 99% seguro de que llegarás a los 4.0 segundos-me dijo. -Estas loco ¿Verdad? Es completamente imposible que yo logre tal marca. -Lo averiguaremos-y Hiruma se dirigió a los conos con una bazooka. -¿Para que quiere una bazooka?-me pregunté, a lo lejos se escuchó “¡YA-HA!” y disparó la bazooka, era para que comenzara a correr, cuando me detuve, sentí que había dado tres pasos, y luego, el aire que venía detrás mío impactó con mi rostro, Hiruma mostró todos los dientes afilados por el resultado. -La prueba de velocidad dio: 3.5 segundos-dijo amenazadoramente, yo abrí los ojos grandes como platos. -¿L…lo qué?-tartamudeé. -Ahora la prueba de habilidad-dijo mientras íbamos al centro del campo, allí habían dos máquinas que lanzaban balones y una cesta llenos de esos-la buena noticia es que si pasas esta estarás en el equipo oficialmente, la mala es que no será fácil-dijo con cara malévola, no me asusté y se dio cuenta-esto es así, estas maquinas junto conmigo te lanzarán balones y los deberás atrapar como sea, ningún balón se te puede escapar, ahora, la mala noticia es que estas dos máquinas están controladas a diferentes velocidades, así que deberás ver cual va mas despacio y cual va más rápida. -Debe estar bromeando-pensé, ya había visto que tan rápido lanzaba ese tipo. Sin avisar empezó a lanzarme tres balones, instintivamente cerré los ojos y me moví para atraparlos, dos de ellos los atrapé con las manos, y el último con los brazos, pero venían más, terminé por ir soltando los balones cuando los atrapaba de a tres, en una, uno se me escapó. -Estoy perdida-pensé, pero luego salté para agarrarlo y terminé cayendo de espalda en el piso. -Segunda prueba: Completada-dijo Hiruma mientras me incorporaba. -Ahora: Fuerza-dijo. -Hay no-pensé, en eso llegó Kurita. -Hola Hiruma ¿Me llamaste?-preguntó inocente. -Claro que si, maldito gordo, necesitamos tu ayuda. -¿Necesitamos?-preguntó y me vio. -He Anariam ¿Cómo va todo?-preguntó. -Ultra agotador-le respondí. -Ya tenemos una nueva integrante en el equipo-dijo Hiruma que, de un momento a otro sacó una ametralladora y ahora la tenía en el hombro. -¡ANARIAM VA A JUGAR CON NOSOTROS! ¡VIVA, VIVA!-dijo Kurita lanzándome al aire, Hiruma izo sonar la ametralladora. -¡QUEDATE QUIETO, MALDITO GORDO, PONTE EL UNIFORME Y HAZ TU TRABAJO!-gritó Hiruma, a los cinco minutos Kurita salió con el número 77 en el uniforme, y se puso en la llamada “Línea”-Tienes que derribarlo-dijo Hiruma. -Se te debe haber zafado un tornillo-dije-¿Cómo voy a derribar semejante peso pesado?-dije, Hiruma volvió a sonar la ametralladora. -¡SOLO HAZLO!-me gritó, me puse en posición y terminé por esperar la señal-¡SET!-dijo Hiruma-¡HUT HUT!-dijo y Kurita se abalanzó sobre mi, yo puse mis manos enfrente y empujé, terminé por llevarlo seis centímetros para atrás, seguí empujando hasta que Kurita perdió equilibrio y terminó cayendo. -Ya encontramos a nuestra Ala Cerrada-dijo Hiruma. -¿Ala Cerrada?-pregunté. -Es una posición en el equipo, solo los Alas Cerradas pueden: atrapar, correr y defender-me explicó Kurita. -Ahora solo falta decirte que no podrás jugar en los partidos oficiales-dijo Hiruma, Kurita comenzó a llorar por la noticia. -¿Por?-pregunté. -En las reglas no dice que una mujer no puede jugar, pero no nos iríamos a arriesgar, apenas si tenemos integrantes, así que con una buena excusa podrías entrar, mientras tanto, podrías ocultarte haciendo de porrista y cuando te diera la señal, te cambiarías sin decir palabra y jugarías. -¿Y como voy a ocultar que soy una mujer cuando juegue?-pregunté, Hiruma me tiró el uniforme del equipo. -Póntelo-me dijo, y antes de que empezaran a sonar metralletas, me fui a probármelo, me quedaba al pelo. Cuando salí, los ojos de Kurita se llenaron de estrellas. -Ahora tenemos una nueva arma secreta-dijo Hiruma, a diferencia de todos, llevaba protección para los ojos, así no verían mi rostro-escucha atentamente, olvídate de Anariam Nimea mientras juguemos, tu apodo en el juego será “Articuno 22”-dijo señalándome. -¿Articuno?-pregunté al unísono junto con Kurita. -Es una legendaria ave del hielo, se dice que es inmortal y que alcanza las velocidades más grandiosas de este universo-explicó Hiruma. -Y de seguro el “22” debe ser por mi número-me dije. -Escucha, todos los días después de clases, vendrás aquí a entrenar-me dijo Hiruma-¡Y MÁS VALE QUE NO FALTES, YA-HA!-gritó haciendo sonar su ametralladora, por fin, uno de mis sueños se izo realidad.
La sorpresa
Pasaron cuatro meses, ya estábamos a Octubre, que rápido que el año puede pasar. Había terminado el entrenamiento y volvía a casa, siempre terminaba volviendo a eso de las ocho de la noche. -Anariam-me llamó mi padre-se puede saber ¿A dónde te estas metiendo estos últimos cuatro meses? -Estoy practicando como porrista-le contesté jugando con la pajita naranja de mi vaso. -De que equipo-me preguntó. -Los Deimon Devil Bats-le respondí. -¿Y es un equipo de…?-me preguntó. -¿Desde cuando estas tan interesado en lo que me pasa en el instituto?-me pregunté mirándolo de reojo, cerré los ojos y le respondí con toda la paciencia del mundo-de Fútbol Americano. -Ah...-me dijo, esperó unos segundos y luego estalló-¡CÓMO QUE DE FÚTBOL AMERICANO! ¡ES EL DEPORTE MÁS PELIGROSO EN TODO EL MUNDO! -Corrección, es el segundo deporte más peligroso, el primero debe de ser el Boxeo-le dije. -¡EXIJO QUE ABANDONES EL EQUIPO AHORA!-me gritó, parecía que estaba a cinco kilómetros de distancia. -No estoy en el equipo, estoy como porrista FUERA del campo-le contesté de mala manera. -¡NO ME IMPORTA! ¡VAS A ABANDONAR ESE DEPORTE ESTA MISMA SEMANA!-yo salté de la silla y lo miré con mirada desafiante. -¡ME IMPORTAN TRES PEPINOS LO QUE DIGAS!-le grité-¡YA ESTOY BASTANTE GRANDECÍTA COMO PARA MANEJAR MIS ASUNTOS!-me miró y me gritó nuevamente. -¡NO IMPORTA QUE TAN GRANDE SEAS, NO TE QUIERO VER CERCA DE ESE EQUIPO! -Vamos a aclarar unos cuantos puntos 1. ¿Desde cuando te preocupa en donde estoy? 2. YO tomo MIS decisiones, NADIE me las toma 3. No creas que estas hablando con mi madre como para gritarme y decirme que hacer y 4. A la próxima vez, recuerda ¡QUÉ NUNCA ME PRESTASTE ATENCIÓN EN DIECISIETE AÑOS, COMO PARA QUE AHORA ME VENGAS A PEDIRME QUE ABANDONE UN SUEÑO!-simplemente colapsé, me dirigí a mi cuarto y cerré de un portazo la puerta, estaba furiosa, furiosa al rojo vivo. Me acerqué a mi cama y me desplomé arriba. -¿Quién se cree que es? Venir a estas alturas y decirme que hacer. A la próxima vez, recordar cuantos años tengo y desde hace cuanto no me presta atención-en eso apareció Tobira, con esos ojos suplicantes pidiendo comida-esta bien, te guardé esto-y desde mi portafolio saqué unos pescados que compré, luego agarré a Shito y empecé a pensar-si tan solo no hubiera estado en extrema soledad, tal vez ahora sería mas flexible-dejé a Shito y empecé a hacer la tarea. Al día siguiente, empezamos nuevamente el entrenamiento, ya me conocía los nombres de todos: Kurita Riozaki, número 77, posición: Línea. Sena Kobayakawa, número 21, su apodo es Eyeshield 21, posición: Corredor. Raimon Taro, número 80, su apodo es Monta o simplemente “Mono”, posición: Receptor. Hiruma Youichi, número 1, posición: Mariscal de Campo. Mamori Anezaki: Manager. Por último estaba yo: Anariam Nimea, número 22, apodo Articuno 22, posición: Ala Cerrada. Estábamos en uno de esos días comunes y corriente, la diferencia que tenía con los demás, es que yo sabía quienes eran, en cambio a mi me conocían solo por “Articuno 22”, ahora, solo Kurita y Hiruma conocían mi identidad. Cuando estábamos a mitad del entrenamiento, se largó a llover, se supone que deberíamos dejarlo así, pero decidimos seguir. En eso, me cambiaron desde correr, hasta línea. -Tenemos a un solo jugador en la línea, primero vas a defender en la línea y después, cuando pase la pelota, vas a defender a quien se la pasé, en caso extremo, diré una palabra clave para que el maldito gordo se interponga entre todos y te pasaré la pelota para que termines corriendo ¿Entendido?-me dijo Hiruma, me lo memoricé todo -Si-le respondí y fui a entrenar con Kurita, este se alegró por tenerme como compañera. Cuando terminó el entrenamiento, todos se fueron a cambiar. -Eh Articuno, el entrenamiento finalizó-me dijo Monta, siempre tenía una excusa para cambiarme después. -Tengo que mejorar mi tacleada-le dije, siempre cambiaba mi voz para que no se enteraran de que era una chica. Cuando veía que todo se iban, y me cercioraba de eso, me iba yo a cambiarme, era uno de esos días en que el calor te azotaba con un látigo, estaba empapada en sudor hasta los huesos. Cuando me cambié y me puse la ropa de mi antiguo instituto, ya que, como era de esperar, mis padres no gastarían para comprarme un nuevo uniforme, estaba pensando en la discusión que tuve con mi padre la noche anterior -Me importa tres pepinos lo que diga, si es peligroso lo soportaré, no lo voy a dejar por nada del mundo-me dije y salí. Di diez pasos hasta que escuché a alguien detrás mió. -Vas a seguir en el equipo, maldita hada-me paré en seco, Hiruma estaba recostado contra la pared del instituto a unos diez pasos atrás mío. -¿C…cómo sabes que soy un hada?-tartamudeé. -Por tres razones 1. Vi tu transformación, 2. En caso de no ver tu transformación, tus habilidades sobrenaturales como correr a una velocidad superior a la de la luz o atrapar más de veinte balones sin abrir los ojos lo confirmaban, y 3. En caso de no ver nada de eso, el collar que llevas puesto dice que tienes un espíritu dentro. -¿Te refieres a este collar?-le pregunté mientras le mostraba el collar que encontré en mi cuarto. -Ese es el Collar de los Ocho Espíritus, cada punta representa un espíritu-me dijo Hiruma-a parte, tu historia y tu forma de ser representan a un hada. -¿Pero que dices? Un hada no esta sola toda su infancia y…-Hiruma me cortó. -Solo dos espíritus en este mundo sufren eso: el Hada y el Demonio-me dijo Hiruma. -¿Y como lo sabes?-le pregunté, Hiruma me mostró un collar igualito al mío. -Por que… yo soy el que lleva el espíritu del Demonio-no me lo esperaba-en este mundo, cada persona elegida debe ser idéntica al espíritu-dijo en la suma tristeza. -¿Me estas diciendo que yo soy igual a un Hada?-le pregunté. -Es fácil saberlo, mi forma de hablar, mi apariencia y mi forma de ser, son iguales a los de un Demonio-me respondió Hiruma, con la vista baja y con voz tristonga. -Pero, yo no soy ni parecida a las hadas-le dije-al menos no en mi forma de ser. -Tu eres una excepción, ya que no eres parecida a un hada, sino que ERES un Hada, sino ¿Porqué te transformaste en una?-me preguntó. -No… tengo ni la más pálida idea-le dije en un hilo de voz. -Al menos tú tienes más esperanzas que yo, en el panorama de encontrar amigos o algo parecido. -¿De que hablas?-le pregunté. -Solo mira a tu alrededor, todos, incluyendo a los profesores, piensan que yo soy un Demonio real, todos me esquivan cuando estoy a diez metros suyo, ni siquiera me localizan… en cambio tu… tu eres un Hada, la compasión y la paz están en tu interior, lo contrario a mi-me dijo. -¿Por qué piensas que eres tan diferente a mi?-le pregunté. -Observa el collar: tiene ocho puntas, cada una representa un espíritu, cuanto más arriba, más puro, cuanto más abajo, más contaminado, el Hada y el Demonio están invertidos, tu eres la punta de arriba y yo la de abajo, por eso somos tan diferentes. -¡TE EQUIVOCAS!-le grité-¡TU NO ERES DIFERENTE A MI!-me miró con cara interrogatorio. -Las evidencias no mienten-me dijo. -Tal vez en el tema de espíritus seamos opuestos, pero, estamos en el planeta tierra, no en un universo alterno, somos seres humanos, Kurita, Sena, Mamori, tú y yo, todos somos seres humanos-le dije, Hiruma esbozó una sonrisa y empezó a caminar hacia mí a paso lento con la cabeza gacha. -Con que ¿Los dos somos iguales?-empezó a decir a cinco pasos de mi-tal vez tengas razón, pero te tengo un par de preguntas-dijo a cinco centímetros mío-¿Por qué no huyes de mi al estar cerca, o cuando mi comportamiento es parecido al de un Demonio? -Hiruma, la respuesta es simple, no importa cuanto sobrenombre te pongan, eres un ser humano, no eres un Demonio, tu crees que eres un Demonio por que la gente que no te entiende te lo dice, eso lo aprendí durante dieciséis años, pero, ahora se lo que soy, no soy diferente, soy igual a todos-le respondí. -Anariam-era la primera vez que escuchaba que llamaba a alguien por su nombre-dime ¿Cuándo yo no me he comportado como un Demonio desde que me conociste?-aún él no tenía suficiente valor para enfrentar la realidad. -Justo ahora-le respondí-pues ahora estas dejando toda tu supuesta maldad atrás para poder hablar normalmente, justo ahora no estas haciendo sonar una metralleta o estas poniendo las caras que tú consideras son de un “Demonio”. -¿Tu crees que, alguna vez, le importe a alguien?-me preguntó, él estaba en la mi misma situación, no confiaba en nadie. -Tu que crees, yo estoy en la misma situación-le respondí-ya encontraste a alguien-le dije, todavía no se daba cuenta. -¿Quién?-preguntó, estaba claro que diecisiete años de soledad pueden traumar a alguien, la respuesta se la di abrazándolo, fue una respuesta involuntaria, y, tal vez la única. -A mi me importas, Hiruma-le dije en un susurro, esta vez me entendió, y me devolvió el abrazo. -Gracias-me dijo en el mismo tono que yo utilicé-quién diría que un Demonio y un Hada tienen tanto en común-terminó diciendo. -¿Acaso fue un sueño?-me pregunté, mientras me despertaba y me preparaba para ir al instituto, mientras agarraba mi bolso con el uniforme de porrista y el de jugadora, y el portafolio, una nota cayó-“Gracias por lo de ayer Anariam, me hiciste abrir los ojos y ver que el mundo no se reduce a lo que la gente te dice, sino que también esta en lo que uno piensa y en las personas que creen en ti, no tengo forma de agradecerte, espero verte en el entrenamiento. No faltes ¡YA-HA!” -No, no fue un sueño-me convencí-fue la realidad.
El equipo
Pasaron unas ¿Dos semanas tal vez? Desde que descubrí el lado “Tierno” de Hiruma, y aunque de a veces seguía en las nubes, seguía muy bien en los estudios y perfecto en el entrenamiento. -Bien malditos mocosos, reúnanse-dijo Hiruma, con que diga “Malditos” ya se sabe que es él-dentro de un mes será el Campeonato de Navidad, en donde yo vea que perdimos ¡El infierno estará frente a ustedes!-a todos se les erizó el pelo por el tono que usó, pero a mi, como era de costumbre, no. Seguimos con el entrenamiento, cada uno hacía algo diferente, hasta que Hiruma nos dio diferentes tarjetas. -Bien, cada tarjeta tiene un número, y ese número corresponde a una persona, cuando yo les dé la orden, agarrarán una tarjeta y se pondrán a hablar con esa persona-luego me miró como diciendo “Y vos, inventa una excusa para que no te descubran” asentí porque sabía que decía eso, luego seguimos con el entrenamiento. Quince minutos después… -Bien malditos mocosos, 22, 77 y 80, agarren una tarjeta-fui la primera en encontrar una tarjeta. -Número 21-me dije, busqué a quien tenía ese número, estaba claro: Eyeshield 21. Cuando me acerqué, cambié la voz-hola-le dije y le mostré la tarjeta-me parece que me toca hablar contigo-él asintió y nos sentamos en las banquillas. -Y bien ¿De qué querrá que hablemos ese Hiruma?-se preguntó en voz alta. -A lo mejor quiere que nos conozcamos para poder jugar como un buen equipo-razoné en voz alta también. -Este Hiruma, siempre sabe que hacer con tal de que ganemos-dijo-y bien, vamos a empezar por lo básico ¿Cómo te llamas?-la pregunta más temida. -Es un secreto-le dije-al igual que tu identidad-agregué. -Ya veo, aunque todos saben quien soy-se quitó el casco-me llamo Sena Kobayakawa de segundo grado-dijo. -Bueno, tal vez no te pueda decir quien soy, pero voy a la misma clase que Hiruma y Kurita, o sea tercero-le dije. -Ya me vería yo, en la clase de Hiruma como que…-y cortó-bueno ¿De que hablamos?-preguntó, antes de contestar, lo observé, chico para la edad que debería tener, pelo picudo pero más controlado que Hiruma, y con ojos marrones, cuando iba a hablar, una voz me cortó. -¡21, 22 y 77 agarren nuevas tarjetas! -Pero che ¿Solo podemos decir nuestros nombres?-me pregunté, y corrí hasta donde estaban las tarjetas-¿80?-ya sabía quien era. -Hola Monta-lo saludé. -Ah, hola Articuno-me saludó él también. -¿De que hablamos?-le pregunté. -Eh, tal vez más que hablar te podría enseñar a atrapar mejor, soy el mejor Receptor de todo Japón-me dijo, asentí, una buena oportunidad para pulir mi seudónimo de “Ala Cerrada”. Estuvimos entrenando un poco más del que pude hablar con Sena, hasta que… -¡77, 80 y 21…!-dijo Hiruma. -¡Si ya sabemos “A buscar las tarjetas”!-le gritaron Monta y Mamori. -Ustedes se callan la boca-les dijo Hiruma, y cerraron el pico instantáneamente, esta vez, Kurita se me acercó. -Eh… hola Anariam-me saludó, tan tímido como siempre. -Hola Kurita, como que de hablar no tenemos mucho ¿No?-le dije. -Así es-me contestó. -Hey Kurita-le llamé la atención-¿Por qué quieren ir al Campeonato de Navidad?-le pregunté. -Porque es nuestro sueño, desde la secundaria-me respondió. -Ya veo-le dije. -¡Manager, 21 y 80 a las tarjetas!-dijo Hiruma, esta vez, La manager se acercó. -Hola Articuno-me saludó. -Hola-la saludé. -Bueno, me voy a presentar, mi nombre es Mamori Anezaki, voy a 3º B-me dijo, con razón no estaba en mi clase. -No puedo revelar mi identidad, pero voy a 3º A-le dije. -Eres muy afortunado, Hiruma elige a muy pocos para que se unan, el resto tiene que entrar por cuenta propia, no sin antes pasar una prueba-me dijo. -¡Bien malditos mocosos, 77, 22 y 21 a las tarjetas!-dijo Hiruma. -¿Otra vez?-me pregunté, cuando agarré la tarjeta, decía “Número 1”-con él-pensé. -Así que esta vez me toca hablar contigo-dijo Hiruma. -Así parece-le respondí. -Dime ¿Ya conociste a todo el equipo?-me preguntó. -Así es-le respondí, nunca le tuve miedo, pero esta vez, no le podía ver a los ojos por alguna extraña razón. -Cuéntame sobre tu vida, de la mía no hay mucho que contar-se podía ver claramente que quería entablar conversación. -Recuerda que yo he estado en tu misma situación, lo único que tendría para contar es lo de este año-Hiruma se recostó contra una pared, parecía cansado-¿Te pasa algo?-típico mío, preocupándome por los demás. -No, no pasa nada-me respondió. -Has entrenado demasiado-le dije. -Es fácil entrenar mucho cuando no tienes a donde ir-me respondió. -¿Cómo que no tienes a donde ir? -Desde que armé el equipo de Fútbol Americano, mis padres vieron que me parecía cada vez más al denominado “Demonio” y se mudaron mientras yo estaba aquí, nunca supe nada más de ellos-me dijo. -Segunda vez…-dije, me miró con cara interrogatorio-segunda vez que dejas tu supuesto lado demoníaco y te pareces más a un humano-le dije. -Cada vez estas de mejor humor-me dijo-pensaba que después de la paliza que te dieron te pondrías aún peor de lo que viniste. -¿Cómo te enteraste de que me dieron una paliza?-le pregunté. -Vi cuando te transformaste y cuando te jodieron con el osito que tenías en tu portafolio. -Así que tu…-pero me interrumpió. -Si, yo fui quien te ayudó aquella vez-me dijo, luego empezó a tambalearse, estaba realmente cansado. -Sería mejor que te fueras a descansar, yo me encargo de lo demás-le dije, asintió y se marchó-debe confiar demasiado en mi, generalmente no deja que nadie haga las cosas voluntariamente por él-pensé, luego fui hasta el campo y les dije a todos-muchachos, vámonos-me miraron. -Se supone que Hiruma debería decirnos eso-me dijo Monta, les mostré una nota-Eh “malditos mocosos, vuelvan a sus casas a descansar, ya terminamos por hoy. ¡Y SI VEO UNA SOLA CARA DE USTEDES EN LOS PRÓXIMOS TRES MINUTOS NO QUEDARÁ NADA DE USTEDES, YA-HA!”-todos pusieron cara de miedo y se fueron técnicamente volando. -Funcionó-pensé, luego me fui a cambiar y a ponerme en marcha a casa, antes de que a mi padre le diera un ataque. Cuando salí de los cambiadores, fui a donde estaba el equipo de entrenamiento guardado, pues ayudando a sacar las cosas me olvidé de mi portafolio allí. Cuando entré, Hiruma estaba durmiendo enfrente a su computadora en el escritorio, dejé una nota y me fui. “Se nota que estabas cansado, si necesitas ayuda confía en mi. De parte de Articuno 22, Anariam Nimea” eso decía la carta.
El sueño
Volví a casa luego de ese “Entrenamiento” por que en vez de entrenar, nos pasamos charlando. Cuando llegué a casa, me escabullí hasta mi cuarto, había separado mi almuerzo de lo que le iba a dar a Tobira, entonces me salteaba otra discusión más con mi padre, y no le daba la cara a mi madre por el “No voy a cenar”. Cuando llegué arriba, me puse a estudiar tanto todas las reglas faltantes del deporte, como la tarea para Ciencias Físicas y las ecuaciones de deberes que nos mandó Matemática. Pasadas las once de la noche, terminé de estudiar y me acosté. -Con que ¿Campeonato de Navidad? Falta un mes para ese campeonato, y voy a tener que esquivar a mi padre durante treinta y un días, que linda vida me espera, para peor, tengo que entrenar como Ala Cerrada y a la vez, como porrista, no tengo ganas de caerme dando saltos cuando aliente al equipo-y luego, me dormí, esa noche, mi sueño no fue normal. Cuando me desperté en mi sueño, me encontré con todo blanco, todo, a excepción de la ropa que llevaba y mi color de piel y eso, a lo lejos, veo una puerta muy detallada dorada, me acerqué y comprobé que no se utilizaba llave para poder abrirla, y que estaba cerrada completamente. -Esa es la puerta de los sueños y los deseos-escuché una voz detrás mío, al girarme, estaba mi reflejo, pero convertida en hada, alas enormes, armadura rosada, pelo rubio, ojos apenas visibles azules y un arco dorado. -¿Quién eres?-pregunté. -Soy tu-me dijo. -Pero si yo estoy aquí-le respondí. -Tu eres la parte humana, yo soy tu parte hada-ahora todo comenzaba a tener sentido. -¿Por qué está esta puerta en mis sueños?-pregunté. -Como dije, esa es la puerta que conserva los sueños y los deseos, solo los que tienen un espíritu pueden verla en sus sueños. -¿Y de que me sirve?-pregunté observando la puerta. -Sirve para saber definitivamente tus deseos, pedirlos y, como si fuera poco, ver los sueños de otros-me respondió-pero en donde sea utilizada para mal, esta puerta se cerrará contigo adentro, y no podrás salir nunca más. -¿Cómo utilizada para mal?-pregunté, no entendía esa parte. -Si entras y alteras un sueño, será considerado para mal, si sales y llevas contigo algo que agarraste sin permiso, también esta considerado un acto maligno-me explicó. -¿Cómo la puedo abrir?-pregunté-deseo entrar en un sueño. -Piensa en ese sueño y luego camina hacia la puerta. Pensé en un único sueño, luego me adelanté a paso lento y la puerta comenzó a abrirse a medida que avanzaba, luego una luz potente y… estaba dentro de ese sueño. -Así que este es su sueño-me dije mientras estaba parada enfrente a un campo gigantesco de Fútbol Americano, con cientos de miles de personas en las tribunas, y los que jugaban eran los Deimon Devil Bats. -Así que entraste en mi sueño-sentí otra voz. -Hiruma-dije y me volteé-yo creía que deberías estar allí-dije señalando otro Hiruma. -Te equivocas, utilicé la puerta para ver que va a pasar en el futuro-me dijo. -¿Cómo?-pregunté. -Cada espíritu tiene un poder único, el mío es saber que va a pasar en el futuro, el tuyo, si mal no recuerdo, es quedarte consiente aún cuando sientes un dolor que desmayaría a cualquier persona, ya que como eres una hada, al estar transformada en una, te curas rápido y sigues luchando. -Ahora entiendo, pero, desde que me atacaron los Rudos, no me he vuelto a convertir en un hada. -Debe ser porque no la necesitabas. Dime ¿Cuándo fue la última vez que la viste? -Hace unos cinco minutos-le dije. -Eso no puede ser bueno-dijo Hiruma en un hilo de voz, lo escuché perfectamente, algún otro síntoma de ser un hada capaz. En el sueño de Hiruma, jugábamos contra unos Shinriuuji Naga, al parecer, un equipo fuerte. En eso del tercer cuarto del partido, uno de ese equipo se abalanza contra Hiruma, yo quise ir a ayudar, pero, en ese momento, todo se volvió blanco y desperté. -¿Qué paso?-me pregunté-estaba en un partido, alguien fue a placar a Hiruma, y luego, desperté ¿Por qué no pude ver lo que seguía? ¿Por qué el sueño de Hiruma se detuvo allí?-me preguntaba, y camino al instituto me seguía haciendo esas preguntas, necesitaba saber que iba a pasar, quería saberlo, así luego, tal vez lograría que no pasara.
Los espíritus
Mientras me acercaba al instituto, los tres Rudos esperaban allí a algo, o a alguien. Cuando pasé por la entrada al patio delantero, sentí que me cincharon el pelo y me arrastraban para atrás. -Otra vez no, aunque, estoy preparada-me dije cuando me volvieron a tirar contra otra pared, era demasiado temprano, pues estaba en camino al entrenamiento, y por eso no había nadie. -Ahora si nos la cobraremos-dijo el líder, me tomaron por los brazos mientras este tomaba impulso, mi cara no reflejaba el miedo de la otra vez, esta vez reflejaba furia. -No volverá a pasar lo de la otra vez-dije mientras venía el golpe, cuando el palo estuvo a dos centímetros de mi cara, me agaché y luego salté para librarme de los que me apresaban, luego agarré a uno de las solapas y lo puse enfrente del palo para que recibiera lo que me tocaba a mi, quedo inconsciente al primer toque. Por detrás venía uno de los seguidores para atraparme, me di vuelta y le pegué un terrible puñetazo en la boca del estómago-me alegra practicar Fútbol Americano, sino, estas técnicas de autodefensa no las abría desarrollado, junto con esta fuerza, aunque el ser hada me ayuda bastante-luego me di vuelta y el líder estaba a punto de pegarme nuevamente, puse mis manos pues aunque fuera aún más rápida de lo que un humano normal lo sería, mis reflejos dejaban mucho que desear para esquivar, pero no para cubrirme-la técnica de la línea-pensé, entonces frené el batazo con mis brazos, luego agarré el pedazo de palo y se lo saqué bruscamente de las manos, cuando este me iba a dar un puñetazo, salté por encima de él y le di una patada en la espalda, incrustándolo contra la pared-una mujer puede fortalecerse en un par de meses, grábate eso en tu cabeza-le dije, y luego me fui al entrenamiento. -Jya jya jya-escuché la clásica risa diabólica detrás de mí-así que acabas de pulir tus técnicas-me dijo Hiruma. -Después de ver ese sueño, presiento algo totalmente malo-le respondí. -Debes tener demasiada curiosidad como para estar tan preocupada por lo que va a pasar-me dijo. -Tu lo sabes ¿Verdad?-le pregunté-dímelo ¿Qué va a pasar en el encuentro con los Shinriuuji Naga En el último partido que vamos a tener para poder ser los campeones del Campeonato de Navidad? -La verdad la deberás descubrir por ti misma, si te la digo ahora, probablemente no juegues en ese partido. -¿Porque no quiera, o porque alteraría el futuro?-le pregunté mirándolo de frente. -Porque no querrías jugar luego-me respondió mirando para abajo. -Me hice una promesa, el jugar aunque me lo impidieran, y eso incluye que el futuro me esta impidiendo hacerlo, no importa que sean buenas o malas noticias, jugaré ese partido sea como sea-le dije desafiante. -Tal vez no te pueda decir que va a ser lo que va a pasar, pues hasta mi sueño se cortó, pero si quien me va a atacar en ese partido. -¿Quién? -Se llama Agon, el apellido se desconoce, pero se sabe que es uno de los ocho espíritus que habitan en este collar, el lleva arriba al espíritu del Dragón, uno de los dos espíritus responsables del equilibrio en la línea que separa el bien del mal. -¿En que punta está?-le pregunté. -En la de la izquierda, lamentablemente, es uno de los que está del lado del mal, y por eso es demasiado peligroso, al llevar el espíritu del Dragón, lo hace rápido, fuerte y hábil. -¿Tenemos que competir contra otros espíritus?-le pregunté. -Ese espíritu vale por tres, pero afortunadamente tenemos otros dos espíritus recientes en nuestro equipo-me dijo-el Fénix eligió al maldito enano, mientras que al Minotauro lo lleva adentro el maldito gordo-me explicó. -Tenemos al Hada, el Fénix, el Demonio y el Minotauro ¿Quiénes faltan por descubrir?-pregunté. -El Sol, el Centauro y la Ninfa-me respondió-pero lo más seguro es que el Centauro también lo tengan los Shinriuuji Naga. -No importa, pues estamos nosotros cuatro contra dos. -Tal vez tengas razón, pero por las dudas, deberíamos entrenar. -En total acuerdo contigo-le respondí, al fin me aclaré un par de dudas, pero aún faltaban muchas más.
Bien versus Mal
Cómo si nada, pasó el mes que nos quedaba, ya solo faltaban horas, más que días. El día anterior al encuentro practicamos sin descanso alguno, tacleamos, atrapamos, mejoramos todas nuestras técnicas, desde correr, hasta dar ánimos. Al final de el entrenamiento, todos estábamos exhaustos, pero tendríamos apenas un par de horas para descansar, preferimos dormir en las casillas del club, si regresábamos a nuestras casas, perderíamos aun más energía, a parte, el reloj indicaba las 00:30, como que no daba pues a las cinco de la mañana tendríamos que estar entrenando, o sea que a las cuatro arriba. Todos se fueron a dormir, menos yo, subí hasta el techó del club y me quedé mirando la luna llena. -Por fin hay una luna decente-me dije, luego agarré el Collar de los Ocho Espíritus-con que faltan los espíritus del Sol, del Centauro y de la Ninfa ¿Eh?-me dije. -Posiblemente no ganemos el encuentro-dijo Hiruma detrás de mi-el Dragón es muy poderoso, tal vez más poderoso que todo el equipo junto. -No digas tonterías-le dije-el espíritu no es poderoso, lo es la voluntad de la persona que lo lleva, no es lo mismo un hada débil, que un humano con voluntad fuerte que lleve al hada y a la vez, esta gane confianza a través del humano, sin una mente fuerte, el cuerpo es débil-le dije, sentí que me miró con cara interrogante. -Tal vez el espíritu es débil, pero el Dragón es diferente. -Por años eh sido fanática de los seres mitológicos, de las hadas y de los dragones en particular, un dragón no es nada sin un hada y viceversa. -Pero esas son teorías. -Tal vez en algunos casos sean teorías, pero en el caso de un dragón de hielo, y un hada de fuego, la cosa se debilita. -Este dragón va a ser difícil de debilitar. -No tan diferente-bajé la vista, y luego cerré los ojos-es como el bien y el mal, si hay mucha luz blanca, el negro se debilita y viceversa-luego me levanté-si los poderes están equilibrados, cualquiera puede ganar-luego me di vuelta-pero, si esos poderes se juntan, y combaten contra una amenaza, ten por seguro que saldrán victoriosos. -Así que ahora te pusiste a razonar-me dijo en voz burlona, medio bromista-¿Qué quieres decir con eso?-su cara se tornó seria de repente y luego me miró. -Con esto quiero decir que si de por casualidad, el Fénix, el Minotauro, el Demonio y el Hada se juntan, podrán detener y vencer hasta el Dragón más indomable del mundo-un aire frío cruzo por todo el techo, izo volar hojas y algo de polvo, luego miré para arriba, y volteé mi vista hacia atrás, observando la luna-yo creo, por cualquier cosa del mundo, que la luz triunfará, y hasta lo más rebelde desaparecerá-luego lo miré a los ojos con expresión desafiante-y con eso me refiero, que hasta un demonio tiene algo de luz blanca en su interior, no importa que tan malvado seas, siempre tendrás algo de bondad, y tu lo has demostrado ya en dos ocasiones. El que seas el espíritu más reducido y que este en la zona más diabólica del collar, no quiere decir que no tengas un mínimo de blanco en toda tu vida negra, hasta una pizca de luz blanca, puede triunfar en un mar negro. -Se nota que eres la que más “Luz blanca” tiene en su vida-me dijo Hiruma con la mirada hacia abajo y media sonrisa en el rostro-si crees eso, tal vez tengamos una oportunidad de 0,1% de ganar. -Hasta que la oportunidad sea del 0%, tendremos oportunidad de triunfar-le dije recitando lo mismo que él le dijo a Eyeshield 21. -Tienes razón, y siempre la tendrás. No me percaté de la hora, pero ya eran las cuatro de la mañana, el sol aún no se asomaba pero el cielo empezaba a aclararse. -Hiruma-lo llamé-tu sabes más sobre el Collar de los Ocho Espíritus que yo, dime ¿Qué cualidades tienen que espíritus? -Las de Hada ya lo sabes, al igual que las del Dragón y del Demonio, el Fénix puede volar a velocidades impresionantes, el Minotauro tiene su fuerza sobrenatural, el Centauro puede cazar cualquier cosa, que, llevado a nuestra vida, sería el equivalente a atrapar cualquier cosa, la Ninfa tiene la capacidad de curar cualquier cosa con tan solo llorar, el Sol es el más importante, a parte de no necesitar, ni pedir un cuerpo humano para sobrevivir, es el juzgador de todos los espíritus, y además, el más poderoso. -¿Qué punta ocupa el Sol? -La derecha. -Si es el más poderoso ¿Por qué está tan lejos de la punta en la que yo estoy? -Recuerda que no quiere decir que cuanto más arriba más poderoso y cuanto más abajo más débil, estas posiciones determinan la maldad y la bondad de los espíritus, o sea, cuanto más abajo más diabólico, cuanto más arriba más consolador, el Sol está en el la de la derecha, porque aunque pertenezca más a los buenos que a los malos, conserva bastante odio porque al tener que juzgar, su ira a veces lo controla, y en vez de amarillo, se torna negro. | |
| | | mariana1239 Kazuki Fuchouuin (Administradora Hilandera)
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| Tema: Re: El demonio y el Hada-cuento-[posibles doble-post por los capitulos] Lun Feb 08, 2010 5:59 am | |
| El partido
Dos horas faltaban, solo dos horas, y el partido comenzaría. El destino estaba en juego ¿Ganaríamos? ¿Perderíamos? ¿Hiruma nos mataría? Respuestas que en dos horas, todos la obtendríamos, pero yo tenía otras preguntas ¿Qué pasaría en el partido? ¿Jugaría? ¿Que tan poderoso era ese tal Agon? Esas eran mis principales preguntas. Mis padres desgraciadamente se enteraron del partido, y me quisieron encerrar, pero con mucho esfuerzo logré escapar, y ahora mirarían el resultado en la televisión, no quería volver a casa después de esto. Me cambié de camino al estadio, ya que no tenía que llevar el uniforme de titular puesto, sino el de porrista, que consistía en un buzo rojo de mangas cortas con alitas de murciélago en la espalda, por algo se llaman los Devil Bats, una pollera roja con una franja negra y unas botas negras, no me molestaban para dar giros mortales hacia atrás, lo que era una gran ventaja. Cuando llegué, Mamori me indicó el camino para poder entrar a la cancha, en donde todos aguardaban a que les dijeran sus nombres para acudir a saludar. -Malditos mocosos, esta es nuestra última oportunidad para ganar el Campeonato de Navidad, si perdemos, no quedará nada de ustedes-dijo Hiruma, mi miró y asentí, dejé mi uniforme de jugadora en los cambiadores antes de que alguien entrara, con tal de que si ocurría algo, entraría en su lugar. -¡Y ahora damos paso a los semifinalistas del torneo del año pasado!-se escuchó al locutor-¡En primer lugar!¡el joven de instituto de pesos pesados!¡el principal en la línea!¡Kurita Riozaki!-Kurita salió trotando como pudo y terminó saludando con las dos manos mientras toda la tribuna aclamaba su nombre-¡En segundo lugar!¡El atrapador extremo!¡Un balón nunca podrá escapar ni aunque esté a mil millas de aquí!¡El mono del equipo!¡Raimon Taro!-Monta no salió muy feliz, mientras salía y dijeron que era el “Mono” del equipo, cambió su actitud de alegría a furia. -¡A quien le dices mono, locutor mal formado!-gritó Monta desde la mitad de la cancha. -¡En tercer lugar!¡El cerebro de los Deimon Devil Bats!¡El demonio de las profundidades!¡Hiruma Youichi!-exclamó el locutor, entonces todo se puso negro con nubes de tormenta, y Hiruma salió con su típica sonrisa de oreja a oreja y con la ametralladora en su hombro-¡El corredor estrella!¡La carta de triunfo de los Devil Bats!¡Las piernas con la velocidad de la luz!¡Sena Kobayakawa!¡mejor conocido como Eyeshield 21!-en eso, Sena salió, y toda la tribuna estalló en un sonoro grito en aclamación a Eyeshield 21-¡La única en el equipo que calcula!¡Que aunque esté en la banca saca datos!¡la vista de halcón!¡Mamori Anezaki!-bastantes aclamaron su nombre, aunque no tantos como con Eyeshield, ya sabía que mi nombre nadie lo iba a aclamar, pues era la detestable del instituto-¡Y por último!¡La que siempre da ánimos!¡La porrista del equipo!¡La nueva integrante de los Deimon Devil Bats!¡Anariam Nimea!-entré corriendo, pero no a la velocidad de siempre, más bien salí trotando, y apenas salí al exterior, salté di tres vueltas en el aire, caí de pie y saludé, y como si fuera arte de magia, todo el instituto empezó a aclamar mi nombre. -¿Quién habrá sido el responsable de esto?-me pregunté, el equipo de los Shinriuuji Naga ya estaba cuando salimos, y por eso no escuché su presentación, desde donde estaban estos, sentí una mirada fulminante, pero no de las que siempre e sentido, mas bien, esas de odio y con un toque de “De aquí, no saldrás viva” o algo así, me giré y había un tipo con un peinado tipo rasta, medio negro, y unos lentes para el sol violetas que no dejaban ver sus ojos, aunque lograbas pensar que te estaba mirando fijamente, dos segundos después, a velocidades monstruosas, este chico se dirigió a mi, y nadie excepto yo lo vio, esquivé un estacazo y luego me cubrí de una patada, y luego él volvió a su lugar, nadie se dio cuenta de lo que pasó. -Creo que ya conociste a Agon-dijo Hiruma… corrección, nadie menos Hiruma lo vio-ten cuidado, a dejado a quien sabe cuantos jugadores lesionados por meses-me advirtió. -Entendido-le dije, agarré mis pompones rojos para comenzar a animar, ya que dentro de una hora y media comenzaría todo, los dos equipos estaba en cada mitad de cancha calentando. -¡Deimon Devil Bats, Deimon Devil Bats! ¿Me siguen?-empecé a cantar a la tribuna, entonces todos los integrantes del instituto empezar a corear, yo empecé a dar saltos mortales hacia delante y hacia atrás, mientras seguíamos animando-¡Vamos Devil Bats, vamos a ganar, vamos Devil Bats, ustedes van a triunfar!-seguía animando, y los demás coreaban. -Anariam, parece que te estas divirtiendo-me dijo Mamori. -Así es, pues es la primera vez que puedo ser parte de un equipo, aunque sea detrás de la cancha-le dije. -¡MALDITO MONO, ATRAPA EL BALÓN!-se escuchó a Hiruma dándole instrucciones a Monta, mientras este atrapaba un pase de media mitad de cancha, luego, me paralicé, sentí otra presencia de otro espíritu, y al parecer, Hiruma también-maldita porrista-dijo, y yo asentí, nos reunimos en las bancas. -Vamos a ver, el espíritu debe ser el del Centauro-deduje. -Así es, y justo antes del partido-dijo Hiruma. -¿Quién crees que lo tiene?-pregunté. -Desgraciadamente, el receptor de los Shinriuuji Naga-me respondió-se llama Ikkyu Hosakawa-y señaló a un enano que estaba por ahí, tenía el pelo casi igual al de Hiruma, solo que negro, un lunar en la frente y era de piel pálida. -¿Qué espíritu pertenece a que punta?-pregunté. -La Hada a la de arriba, el Fénix a la de arriba a la derecha, el Sol a la de la derecha, el Minotauro a la de abajo a la derecha, el Demonio a la de abajo, el Centauro a la de abajo a la izquierda, el Dragón a la de la izquierda, y la Ninfa a la de arriba a la izquierda-esto complicaba las cosas. -Tenemos a cuatro espíritu de nuestro lado, dos de la luz y dos de la oscuridad, y nos enfrentamos contra dos de los grandes oscuros, nos va a ser difícil ganar. -Olvídate de entrar cuando alguien se lesione, después del primer cuarto vas a entrar-dijo, se notaba nervioso. -De acuerdo-respondí y volví a animar, en una hora empezaría el partido, y en una hora y cuarto empezaría a jugar.
El espíritu del Dragón
Ya tan solo faltaban quince minutos para que el partido comenzara, Hiruma y Mamori estaba discutiendo con nosotros las tácticas de ataque. -Anariam, no eres del equipo titular ¿Por qué estas aquí escuchando lo que ellos van a hacer?-me preguntó Mamori. -Tengo ganas de aprender más sobre el Fútbol Americano-le respondí, por un lado era cierto, por el otro, era para esquivar una respuesta incoherente. -De acuerdo, maldito gordo, estás solo en la línea, pero gracias a tu fuerza acumulada recientemente, no tendrás problemas para agarrar a los cinco de la línea de los Shinriuuji Naga-Kurita asintió-maldito mono, recién en la tercera jugada atraparás un pase largo-Monta asintió con todas sus ganas-maldito enano, en las dos primeras jugadas correrás-Sena se tornó nervioso, pues sabía que esto no sería fácil, luego, el grito de los Deimon Devil Bats-¡APLASTARLOS, YA-HA!-gritó Hiruma. -¡YA-HA!-gritamos todos. -Daremos comienzo al primer cuarto de esta final del Campeonato de Navidad, equipos, procedan al centro de la cancha-dijo el árbitro, Hiruma y otro que no logré identificar de los Shinriuuji Naga se acercaron al medio-¿cara o cruz?-preguntó. -Cruz-respondió Hiruma, el entrenador tiró la moneda y salió cruz. -¿Ataque o defensa?-preguntó nuevamente. -Está visto-dijo Hiruma-¡ATAQUE!-gritó, y empezaron a jugar. En los primeros siete minutos del partido, los Shinriuuji Naga no sacaron al campo a Agon, pero cuando Sena anotó un touchdown, la cosa se puso diferente, Agon tiró la banca por los aires y luego protestó para que lo dejaran entrar. -D…de acuerdo-dijo el que parecía ser el Mariscal de Campo. -Hasta el Mariscal de Campo le tiene miedo-me dije. -Ikkyu, cámbiate por Agon-dijo. -Así que intercambian espíritu por espíritu-pensé. -Anariam-escuché la voz de Hiruma, mas o menos por telepatía, pero no era así-es tu turno-dijo. Asentí. -Así que me toca jugar-pensé mientras iba a cambiarme a velocidad luz-esto no debe ser bueno. Cuando salí, me intercambiaron por Eyeshield 21. -¡Esto es inaudito! ¡Acaban de cambiar a la carta de triunfo, Eyeshield 21, por un jugador nuevo!-dijo el locutor-Riko ¿Tienes información sobre este nuevo jugador?-preguntó, y una voz femenina empezó a vacilar. -Eh… Eh, no tengo información… espera, me acaba de llegar una nota-Hiruma había enviado un avioncito de papel con todos los datos-el jugador se llama Articuno 22, es la nueva carta de triunfo de los Deimon Devil Bats, un jugador mucho más potente que Eyeshield 21… ¡QUE!-gritó. -¡Señoras y señores, al parecer tenemos un jugador que es más poderoso que el mismísimo Eyeshield 21!-empezó a gritar el locutor. -Articuno, es tu turno, estrategia A2-me dijo Hiruma, asentí. -La estrategia A2, mantenerme en la línea hasta que Hiruma dijera un número, si por cinco segundos Hiruma no decía nada, me quedaba en la línea. Los números impares decían que atrapara balones largos, los pares que corriera, y los de dos cifras, protegiera a Monta. Cuando entré, empezamos a movernos junto con Kurita. -¡DOS!-gritó Hiruma. -¡Una carrera!-pensé, y salí de la línea para agarrar el balón que me daría Hiruma. -Corre por la derecha-me dijo en una fracción de segundo. -Entendido-le respondí, agarré el balón, di media vuelta y luego, a correr, en menos de lo que esperaba llegué al segundo touchdown. -¡Esto es impresionante, por primera vez en toda mi vida veo que los Shinriuuji Naga pierden por doce puntos!-gritó el locutor. -¡Así se ase al máximo!-gritó Monta. -Bueno, es el comienzo, no nos relajemos-dije. -Vuelvan a sus posiciones-dijo Hiruma, cuando volvimos, anunció el comienzo de partido nuevamente-¡SET! ¡HUT HUT!-gritó-¡siete!-dijo, y yo salí despedida a la zona de touchdown para anotar con un pase, el cual fue válido, ahora el marcador decía 0-14 o sea que íbamos catorce puntos por arriba de los Shinriuuji Naga, cuando empezamos a festejar, sentí una mirada fría detrás mío. -No mires-me advirtió Hiruma-no querrás ver a un dragón enfadado. -De acuerdo-le respondí, apenas dije eso, se escuchó un golpe, miré nuevamente a Hiruma, y este estaba cayendo, lo agarré y pregunté-¿Qué pasó? -El espíritu del Dragón… a despertado-respondió Hiruma con una mano sangrando. -No me digas que eso…-le dije mientras le señalaba su mano izquierda. -Si, si no me hubiera defendido, de seguro no estaría hablando ahora-me respondió-ten cuidado, este Dragón va más allá de toda regla de la naturaleza, este Dragón a nacido para matar, o en su defecto, para sacar del camino a su competencia, hiriéndolo de manera crítica. -Esta bien-respondí-esto debe ser lo que Hiruma soñó la otra vez, el espíritu del Dragón, nos quiere borrar del mapa-pensé mirando a Agon, este se había sacado las gafas y mostraba unos ojos amarillos con unas pupilas parecidas a las de un gato. -Tu muerte está cerca, Hada, la tuya y la del Demonio, pronto serán enviados al más allá-fueron sus palabras, se me heló la sangre ¿De verdad alguien podría ser así de frío?¿Así de sediento de sangre?¿Así de diabólico?
La tragedia
Pedimos “Tiempo Muerto” para poder vendar la mano de Hiruma, y luego, salimos nuevamente al campo, esta vez, nos tocaba defender, el Mariscal de Campo de los Shinriuuji Naga dio el grito del comienzo. -¡SET! ¡HUT HUT!-gritó, y nos empezamos a mover, Hiruma no mencionó número en cinco segundos, así que me quedé en la linea. -No pasarán-dije mientras tiraba a tres de los de la línea. -¡FUNNURABA!-gritó Kurita, su típico grito de guerra, luego empezé a correr para atrapar a Agon, que era el que tenía el balón, logré sacárselo, pagando un precio, mi brazo izquierdo comenzó a sangrar. -Solamente fue una fracción de segundo-me dije-si no hubiera reaccionado, tendría una herída en todo mi pecho-me vendé yo sola sin desperdiciar otro “Tiempo Muerto” y seguimos, nos tocaba atacar nuevamente. -¡SET!¡HUT HUT!-gritó Hiruma, y nos movimos-¡OCHO!-gritó, me giré, tomé el balón y corrí, esta vez, fue mi pierna derecha la que sufrió las consecuencias, pero anoté el touchdown. -Si no hubiera acelerado, estaría rengueando ahora-me dije, mirando la herída. -Por precaución-dijo Hiruma-ahora solo defenderás-asentí, no quería volver a ser lastimada, pero si era necesario, lo aguantaría. -De acuerdo, Hiruma-le respondí, me levanté y me encaminé a la línea. -A llegado su hora-dijo Agon desde algún lugar-ese demonio ¡MORIRÁ!-me paré en secó. -Hiruma ¿Muerto?-me pregunté-no puede ser. Cuando empezamos nuevamente, le advertí a Hiruma sobre el peligro, y el lo tomó bastante serio al asunto, él corría peligro, peligro de muerte. -Anariam, agas lo que hagas, no te metas en la pelea-me dijo. -Hiruma, no me meteré, si no estas a punto de morir-le respondí, esbozó media sonrisa y luego siguió de largo. -Cómo quieras-me respondió a unos quince pasos de mí. Cuando volvímos a las posiciones, sentí el peligro en mis huesos y venas. -Algo no está bien-me dije-alguien va a morir. -¡SET! -No quiero que Hiruma muera. -¡HUT! -si eso implica perder mi vida. -¡HUT! -¡LO ARÉ!-apenas terminé de pensar, Agon se fue como una flecha hacia Hiruma, lo ví, y me adelanté, poniéndome entre Hiruma y él, no tuve tiempo de protegerme, y por eso recibí un puñetazo en mis costillas, del lado derecho, sentí como mis huesos se quebraban, aunque tuviera puesto el equipo de protección. -Fuera de mi camino-me dijo Agon. -Si puedo proteger a Hiruma, sacrificaré mi vida, le dije conteniendo un grito de dolor. -Niña insolente, aunque tengas el espíritu del Hada en tu sangre, no puedes vencer a un dragón-me respondió. -No me importa si no te puedo vencer, solo con detenerte será suficiente-le dije. -Entonces… ¡PAGA EL PRECIO Y MUERE!-gritó mientras me pegaba otro puñetazo, y los huesos qu no se rompieron, terminaron por romperse, luego me agarró por el uniforme y jaló hacia arriba, justo cuando anunciaron que Deimon pasaba al ataque. -Lo logré, Hiruma va a estar a salvo… por ahora-me dije mientras cerraba lo ojos y era tirada hacia arriba con gran potencia, el casco se me salió y todo vieron lo que era. -¡Esto si que es una sorpresa! ¡Quién diría que Articuno 22 en realidad sería la animadora! ¡Anariam Nimea!-gritó el locutor, sentí un murmullo general en el ambiente, caras de pánico y de dolor, y luego, caí de perfil al suelo, reboté, y caí nuevamente, di medio giro y quedé boca arriba. Comenzó a llover. Cuando me arrodillé para levantarme, terminé por escupir sangre y caer de cara al piso. -¡UNA CAMILLA! ¡TRAIGAN UNA CAMILLA!-se escucharon los gritos de Mamori y de Hiruma desde dos ángulos distinto. -¿Por qué no me puedo desmayar? ¿Por qué no me puedo salvar de este dolor?-me pregunté, entonces recordé lo que Hiruma me dijo “El poder de las Hadas es no desmayarse, puesto a que la mayoría se recupera rápido”-es cierto, tendré que soportarlo, hasta que me curen, o, en su defecto, hasta que muera-me dije mientras era trasladada a las banquillas, mis ojos estaban cerrados, entonces deduje cuando llegué porque no me caía más agua encima, a parte, sentí que Mamori venía con una caja con cosas, presentí que aunque me ayudaran, moriría allí mismo. | |
| | | mariana1239 Kazuki Fuchouuin (Administradora Hilandera)
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| Tema: Re: El demonio y el Hada-cuento-[posibles doble-post por los capitulos] Miér Feb 10, 2010 9:03 am | |
| La verdadera apariencia
Ahí estaba yo, indefensa, con huesos rotos y daños internos ¿Quién diría que un dragón le haría tanto daño a un hada? En los libros de mitología no decía eso, pues este era un caso especial, una maldad infinita controlaba el espíritu del Dragón, una maldad que nunca se iría. Me encontraba arriba de una camilla, muriéndome, lo sentía, lo sabía, no podría escapar esta vez, poco a poco mis fuerzas me abandonaban, en cuestión de minutos, dejaría este mundo y quien sabe a donde iría. -¡Anariam!-gritaba Hiruma-¡No nos dejes!¡Quédate aquí!-apenas si lo escuchaba, mis sentidos empezaban a fallar. -Deimon, si no entran a la cancha quedarán descalificados-dijo el árbitro. Hiruma gruñó. -Maldito enano, entra como Mariscal de Campo, malditos jugadores del club de basketball, entren como Articuno 22 y como Eyeshield 21-dijo Hiruma, nadie reprochó y se pusieron en camino-maldita Manager, haz lo que puedas con Anariam-su voz se tornó un tanto más dulce. -Hiruma-pensaba-mis fuerzas no dan más, no importa que hagan, mi futuro ya está decidido-ya no me quedaban esperanzas, escuchaba cada golpe, cada llanto, podía hasta deducir que Mamori estaba viendo el video, reiterándolo varias veces para ver que pasó, para ver si teía solución, pero ya no habían mas dudas, en cuestión de minutos desaparecería de aquí. -Hiruma, esto es grave, según lo que puedo ver, Anariam a sufrido mucho aunque llevara el equipo de protección, deben ser daños irreparables. -Solo larga lo que tengas-le dijo Hiruma de mala manera. -Se debe de haber fracturado todas o casi todas las costillas, debe de tener daños internos muy severos, sin contar que debe de haber sido muy duro como para que alguien como ella terminara escupiendo sangre y callendo de lleno al suelo. Conozco a Anariam, y no es tan débil. -Eso ya lo sé, voluntariamente a querído entrar a ser parte del peligroso mundo del Fútbol Americano, a luchado contra la voluntad de sus padres, a sufrido incontables veces, manteniendo una doble personalidad para poder ser parte de nuestro equipo. De una niña inocente, del cual los Brutos se aprovechaban, pasó a ser una jugadora de Fútbol Americano muy fuerte, y con una tenacidad y una sabiduría que deja mucho que desear en nosotros-dijo Hiruma, con un tono en el que se notaba que comenzaba a llorar-¡A SIDO MI CULPA EL QUE ESTÉ ASÍ AHORA! ¡SI LE HUBIERA IMPEDIDO JUGAR CUANDO AGON EMEZÓ A ATACAR, TAL VEZ ELLA SEGUIRÍA AQUÍ! -H…Hiruma-logré pronunciar, abrí levemente los ojos y pude verlo cerca mio, con lágrimas a punto de desbordar. -Anariam, resiste-me susurró. -Es muy tarde, Hiruma, en cualquier momento moriré-le dije. -¡No lo permitiré!-me dijo. -Hiruma, no hay… nada que puedas hacer-le respondí entrecortadamente por el dolor en mi pecho-en dieciséis años, jamás pude encontrar la felicidad, y siempre quise escapar de la soledad, y ahora… te encuentro a ti y al equipo de Fútbol Americano… enfrente mio, como si yo fuera una persona más. -Anariam… -Hiruma, mis mejores recuerdos… fueron cuando estabas junto a mí, aquel día-dije recordando el día que conocí al verdadero Hiruma-jamás lo olvidaré… se fuerte, Hiruma, saldrás adelante, aunque sea sin mi ayuda… -Anariam, Anariam ¡ANARIAM!-fueron las últimas palabras que escuché, oficialmente, había cerrado los ojos para siemrpe. Poco después, desperté enfrente a la puerta con mi apariencia humana. -La recuerdas ¿Verdad?-dijo mi lado Hada. -Así es-le respondí-¿Será la última vez que lo vea?-pregunté. -Tal vez puedas volver a ver a Hiruma-me respondió-aún debes afrontar un juicio, pero no será nada fácil, puedes volver a la tierra en forma de espíritu, y verlo una vez más-me dijo. -Esta bien-y me encaminé hacia la puerta. -Tienes diez minutos para explicarle todo, confío en ti-fueron sus últimas palabras, y luego, atravesé la puerta. Cuando estuve en el mundo de los mortales nuevamente, buesqué a Hiruma, estaba al lado mío llorando desconsoladamente, me miré en el charco de agua, estaba con mi apariencia de hada, luego fui hasta mi cuerpo muerto y lo observé detenidamente: Empezaba a perder color, mis ojos estaban cerrados, no respiraba, y se podía percibir que era frío. Al lado de Hiruma, había otro espíritu, uno negro, con unos cuernos, alas de murciélago y una cara extremadamente aterradora. -Tu…-dijo el espíritu-tu me despojaste de mi contenedor-dijo en tono amenazador-¡AHORA DEBERÉ ENCONTRAR ALGÚN OTRO MUCHACHO QUE SEA IGUAL A MI!-gritó. -Tu eres… el espíritu de Demonio-dije-no tengo tiempo, Hiruma necesita saber la verdad. -Primero deberás derrotarme-dijo y se habalanzó sobre mi, yo empezé a hacer mi magia y logré invocar mi arco y mis flechas, ahora me defendería a distancia-no puedes conmigo-y le disparé una de mis flechas, esta lo atravezó y luego, el espíritu desapareció-Hiruma no me hará caso mientras estemos aquí, y si llega a hacerlo, lo tratarán de loco-pensé, entonces, al ser un espíritu, agarré y tomé el control del cuerpo de Hiruma. -Anariam-pensó este, al controlar su cuerpo, podía percibir lo que pasaba por su mente-lo siento-pensó nuevamente. Agarré mi cuerpo y luego lo llevé a los cambiadores. Una vez allí adentro-Anariam, por favor, muéstrate-me rogó Hiruma, y yo aparecí enfrente sullo-Anariam-dijo sorprendido. -Hiruma, no tengo mucho tiempo, en menos de diez minutos seré llevada a juicio, y tal vez pueda volver. -Anariam, has cambiado-dijo Hiruma atónito-tu hada a cambiado. -¿De veras?-me observé al espejo, ahora tenía armadura de elfa verde, osea: una pollera verde oscuro, un protector para el pecho rojo y verde, en vez de una tiara en la cabeza, tenía un par de hojas arriba de mis orejas, las botas y los guantes cambiaron también a verde claro y luego, mis alas se transformaron, y ahora eran más grandes y de color rojo y rosado. -Anariam… perdoname-susurró Hiruma. -No tienes por que disculparte-le dije. -No, esto no está bien, si yo te hubiera sacado del campo cuando Agon comenzó a mostrar su lado oscuro, ahora no serías un espíritu, y estarías con nosotros-dijo empezando a llorar. -Hiruma, yo debería estar arrepentida, tu me dijiste que no me involucrara en tu pelea, pero te desobedecí y sin tu órden, me salí de la línea y fui a defenderte, ni siquiera estaba lista ara defenderme a mi misma-le dije-pero te tengo una buena noticia después de todo esto-le dije hacercándme a él para levantarle los ánimos-el espíritu del Demonio ya no está dentro tuyo, yo misma lo saqué. -Anariam…-murmuró. -Ya no hay de que preocuparse, si yo no vuelvo, tendrás a alguien más que te acompañe-le dije. -¿Por què elegiste el juicio?¿Por qué no te quedas simplemente como un espíritu por toda la eternidad?-me preguntó. -Ser inmortal y un espíritu a la vez tienen sus ventajas y sus desventajas-le respondí-osea, podría vivir por toda la eternidad, pero ¿De qué me serviría si tu no estás en mi vida? Otra desventaja es que si estuvieras en ella para siempre, no podría sentir las cosas, además las olvidaría pues no tengo memoria ahora, no puedo sentir el calor ni el frío, no puedo presentir lo que podría pasar dentro de un rato, en estos momentos, no estoy sintiendo lo mismo que sentía por ti cuando estaba viva, es decir, lo siento, pero es muy débil, antes era más intenso. -Anariam ¿Prefieres volver a ser una mortal y estar a mi lado?-preguntó atónito Hiruma, y aunque fuera un espíritu, logré abrazarlo. -Hiruma, por dieciséis años e estado en las sombras, y tu me has sacado de ellas, ahora es mi turno sacarte esas sombras de encima de ti-le dije, luego volté hacia arriba para verlo más cerca-estaría dispuesta a pagar la mitad de mi vida por ti-le dije. -Anariam…-y justo cuando le iba a decir lo más importante, empezé a desparecer. -¡HIRUMA!-le grité, supe que él también lo hizo, pero no llegué a escucharlo, y no si él también me escuchó a mi, quería volver a verlo y decirle lo más importante, algo para que él supiera que volvería, un simple: “Te quiero, regresaré” pero el tiempo corre y no se detiene, esperaba que Hiruma lo hubiera comprendido. | |
| | | Music Paw Miku Hatsune (Admin con lanzallamas)
Mensajes : 151 Fecha de inscripción : 03/02/2010 Edad : 26 Localización : Mi home-chan
Hoja de personaje Nombre del personaje:: Miku Hatsune Notas escolares (caso de estudiantes): Mascota Escolar: Perro
| Tema: Re: El demonio y el Hada-cuento-[posibles doble-post por los capitulos] Miér Feb 10, 2010 7:31 pm | |
| Muy bueno, esta genial y me encanta como narras los capitulos, sigue escribiendo | |
| | | mariana1239 Kazuki Fuchouuin (Administradora Hilandera)
Mensajes : 106 Fecha de inscripción : 04/02/2010 Edad : 28 Localización : En el antiguo lugar llamado hogar
Hoja de personaje Nombre del personaje:: Kazuki Fuuchouin Notas escolares (caso de estudiantes): Mascota Escolar: Dragon
| Tema: Re: El demonio y el Hada-cuento-[posibles doble-post por los capitulos] Jue Feb 11, 2010 2:40 am | |
| este es el ultimo capitulo:
El juicio final
Cuando desperté, estaba aún convertida en hada, con mi arco en una mano y mis flechas en la espalda, estaba en un lugar completamente negro, no había luz, sino que la luz emanaba de mí. -Es de esperar-me dije-soy la que más “luz blanca” de todos los espíritus. Luego, una luz potente cayó sobre mí y otras luces dieron paso a mostrar a los otros espíritus, solo uno era la autoridad, y ese era el que parecía, el espíritu del Sol, que estaba arriba de una mesa de juez. -Bienvenida espíritu del Hada, bienvenida a tu juicio final-me dijo el espíritu del Sol, este era un especie de humano, con vestimenta amarilla, una corona que simbolizaba al sol y cientos de alhajas, luego desvié mi vista al resto de los espíritus: La Ninfa estaba vestida completamente de azul, además de tener la piel, los ojos y el pelo azul, llevaba un tridente en sus manos. El Centauro y el Minotauro estaban como eran en la mitología, al igual que el Fénix, este era rojo con una cola multicolor brillante, y luego, en una de las puntas, estaba el espíritu del Dragón, se veía arrepentido, con la cabeza gacha, este era de color rojo, con algunas escamas de color amarillo. -Discúlpame, Hada, yo no quise hacer eso-me dijo el espíritu del Dragón-mi amo se impregnó de maldad y me la a contagiado, ahora tengo una doble personalidad-dijo arrepentido. -No te preocupes, acepto tus disculpas-le respondí animándolo. -De acuerdo, Hada, empecemos con tu juicio, cabe anunciar que si lo pasas, volverás al mundo de los mortales, pero a cambio, tu alma de humana quedará sellada en lo más profundo de tu corazón-dijo el Sol. -Acepto las condiciones-no me importaba ser un Hada por el resto de mi vida, era mi sueño, simplemente quería volver a ser de carne y hueso. -Muy bien, el juicio pasa por tres partes: la primera será tu declaración. -¿O sea?-pregunté. -Tienes que decir cómo llegaste a morir. -Fue un simple impulso, yo solo quería… que un amigo siguiera con vida, no quería que él muriera, quería que siguiera disfrutando de la vida-respondí con la cabeza gacha. -¿Es eso cierto, Ninfa?-preguntó el Sol. -Al parecer la Ninfa también tiene la cualidad de ver que a pasado en el pasado-me dije. -Dragón ¿Fuiste tu quien atacó? -Así fue, la maldad me dominó-respondió. -En ese caso, la primera prueba ha sido pasada-dijo el Sol-ahora la segunda prueba: la votación. -Van a votar entre ustedes para ver si puedo volver al mundo de los mortales ¿No? -Así es Hada, tus habilidades deductivas siguen intactas-me respondió el Sol-todos los espíritus menos tu y yo votarán. -Yo voto por que vuelva-dijo el Dragón-que siga disfrutando de la vida que yo le arrebaté. -Yo por un no-dijo el Minotauro-tal vez mi humano sea uno de sus mejores amigos, pero a mi no me cae nada bien el que ella sea más fuerte que yo. -Yo por un no-dijo el Centauro-esta Hada no debería volver a la superficie, puesto a que a asesinado a uno de nuestros espíritus. -Yo por un si-dijo el Fénix-puesto a que ese muchacho que he visto tiene mucho que aprender de la vida, y la única que se lo puede enseñar es ella. -Ninfa, todo se reduce a tu voto-dijo el Sol. -viendo el lado negativo, Hada, tu has matado a uno de los nuestros, y eso es una injusticia, aunque se que siempre a sido tu rival, sin embargo, has muerto por proteger a ese muchacho al que llaman Hiruma, que por diecisiete años no a comprendido el valor de la vida, el cual tu se lo estas haciendo comprender, además, concuerdo con Dragón, podrías haber vivido mucho más si no te hubieras puesto en su camino, pero al hacerlo, sacrificaste TU vida para salvar la de alguien más-dijo con los ojos cerrados, los cuales abrió para agregar-mi voto es positivo. -Solo te falta una prueba-dijo el Sol-y es la más peligrosa. -¿Cuál es?-pregunté. -Deberás luchar contra un espíritu-eso era malo-y para hacerlo más difícil, lo harás justamente con el Demonio. -Hay no-me dije-cualquiera menos ese. De la oscuridad empezó a aparecer el Demonio, ese ser vil que poseía a Hiruma. -Nos volvemos a ver, Hada-dijo con su voz sádica-esta vez, mis poderes son mayores por estar en el mundo de los espíritus. -Te derrotaré-le dije en un tono furioso. -Espero que no te moleste que él muera-me dijo abriendo con magia maligna una especie de pantalla, mostrándome a Hiruma destrozado por mi muerte, luego, el Demonio agarró y sacó una espada y se izo un corte en el brazo, luego Hiruma se quejó y miró su brazo, estaba sangrando-estoy conectado a tu querido Hiruma, lo que me hagas a mi, se lo harás a él. -Esto es malo-me dije-no podré matarlo si está conectado a Hiruma ¡LO MATARÍA A ÉL! -Preparados-dijo el Sol-¡Comiencen!-el Demonio agarró una velocidad impresionante y me atacó, yo lo esquivé y luego bloqueé una patada, seguido, tuve que hacer un escudo para protegerme de las llamas del infierno y luego, crear una ilusión de un campo de batalla para esconderme entre las rocas. -Esto es malo, si lo ataco, Hiruma sufrirá, si lo asesinó, ese efecto pasará a Hiruma, no tengo salida-me dije-pero debe haber una forma, algo ¿Qué puede ser?-luego recordé el día antes del partido. -“Si hay mucha luz blanca, el negro se debilita y viceversa”-fueron las palabras que recordé. -¡Eso es!-me dije-la única forma de derrotarlo, es que saqué la mayor cantidad de luz blanca posible para que sus fuerzas se debiliten y termine por colapsar, a Hiruma lo único que le podría pasar sería desmayarse, puesto que dentro de él, hay más luz blanca que antes-deduje, puse dos flechas en mi arco y luego salí de mi escondite. -¿No aprendes? Si me atacas, él sufrirá lo que me hagas-me dijo el Demonio señalando a Hiruma. -Observa mis flechas-le dije-no tienen una punta filosa, pues no tienen punta-luego las flechas empezaron a brillar-esto es lo que te mereces-y disparé las flechas, apenas tocaron al Demonio, este colapsó y cayó inconsciente al suelo. -El Demonio no puede continuar, el Hada es la ganadora-dijo el Sol-vuelve al mundo de los mortales, Hada, te lo has ganado. -Muchísimas gracias-respondí. -Has demostrado ser inteligente y deductiva a parte de fuerte, la vida es tu recompensa-atrás apareció la puerta de los sueños-si la atraviesas, volverás al mundo de los mortales. -Hasta luego, amigos-saludé y luego, crucé la puerta. Del otro lado, vi a Hiruma, estaba en mi cuerpo nuevamente, sentía que poco a poco recuperaba calor, y a cada segundo, mis fuerzas aumentaban, hasta que tuve la suficiente fuerza para sentarme. -Anariam, tu apariencia-y desplegué mis alas. -Si, para poder volver, me tuve que convertir en una auténtica hada, pero lo hice para estar junto a ti-le respondí. -Anariam-dijo Hiruma feliz. -Tercera vez-le dije-es la tercera vez que muestras tu lado dulce-le dije. -¡Fin del partido!-gritó el locutor. -¡No puede ser!- y volé hasta la entrada. -¡Los Deimon Devil Bats ganan!-todos estallaron en un sonoro grito de alegría, vi el marcador: 14-20, ganamos por un touchdown de ventaja. -Esos mocosos-dijo Hiruma-gracias a ti han tenido la suficiente fuerza para continuar. -Y lo mismo a pasado contigo-le dije. -Así es-me respondió-a propósito ¿Qué me quisiste decir cuando empezabas a desaparecer?-tragué saliva. -Era un simple “Te quiero, regresaré”-le dije desviando la vista. -Yo también-me respondió-pues gracias a ti, ahora puedo ser un tanto más normal, y a lo mejor, tener más amigos de los que tuve en diecisiete años, esta vez, se que no estoy solo. -Tienes razón, si nos unimos, nada podrá romper ese muro. -Ese muro al que llamamos-dijo Hiruma. -Amistad-dijimos al unísono mirando al equipo festejar, sabía que el mal se había ido, y que había renacido, pues ahora, tenía un motivo para vivir, y era muy simple, el amor que sentía por Hiruma me impulsaba a continuar mi vida, y a la vez, él también tenía una razón para vivir, pues ahora, estaba libre de cualquier espíritu maligno, y ahora era él, un Hiruma como cualquier persona, alguien con sentimientos, alguien, en quien poder confiar.
Epílogo Luego de la batalla con los Shinriuuji Naga y la victoria de los Deimon Devil Bats, Anariam anda por todo Japón, consolando a los que su vida no vale la pena, y llevando siempre un corazón de oro que le regaló Hiruma, en símbolo de agradecimiento. El espíritu del Dragón, terminó por abandonar el cuerpo de Agon e instalarse en el de Hiruma, pues la bondad de Hiruma crecía más y más. El espíritu del Demonio fue sellado en un ataúd a miles de kilómetros de la superficie para que no volviera a salir, y tomar la vida de otro inocente. En cuanto a los padre de Anariam, decidieron ir al loquero, puesto a que pensaban que estaban perdiendo a compostura por tener una hada en su casa, y luego de un par de años, aceptaron su responsabilidad en haber sido malos con su hija y vivir normalmente, pero nada fue común desde ese día, ya que Anariam abandonó su casa para mudarse a alguna isla, junto con los demás espíritus, ya que el mundo, dependía de ellos, de los Ocho Espíritus, portadores de la bondad eterna y de la felicidad reinante. | |
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